¿Llaryora nos va a cobrar más o menos impuestos el 2022?

Adrián Simioni

El intendente Martín Llaryora mandó al Concejo Deliberante la ordenanza impositiva para 2022. Es decir: allí están los impuestos que nos va a cobrar el año que viene. No es tan fácil saber si el intendente nos va a cobrar más o menos a los vecinos.

Lo más detallado es la tasa inmobiliaria. Y allí no hay un aumento de impuestos sino una rebaja impositiva. ¿Por qué? Bueno, porque el aumento general será menor a la inflación. Para las viviendas más caras, el impuesto subirá más: hasta 48,6%, pero incluso en ese caso la suba es algo menor a la inflación. Los inmuebles más baratos de todos subirán como máximo 26%, es decir, la mitad de la inflación.

O sea que el inmobiliario tendrá una baja real al menos en relación al 52% de inflación de este año. Distinto es si lo medimos en relación a los ingresos, que en muchísimos hogares subieron mucho menos que la inflación.

Hay una trampita, igual. Llaryora va a recategorizar algunos inmuebles de barrios cerrados y zonas caras, con lo que allí habrá más presión tributaria. Y se mantiene esta costumbre de tratar una tasa como si fuera un impuesto.

Ahora, esto es para el inmobiliario, que hoy es sólo el 30% de la recaudación municipal.

La parte del león es la tasa de Comercio e Industria, que es el 60% de la recaudación. Y que está ajustada automáticamente a la inflación: cada vez que los fideos aumentan, lo que cobra la Muni también aumenta, igual que Ingresos Brutos de la Provincia o el IVA nacional. Allí la presión tributaria tiene una suba real. Si los salarios subieron menos que la inflación, entonces también van por detrás de la Tasa de Comercio e Industria. Este impuesto se llevará una porción levemente mayor de nuestros ingresos.

Pero además el municipio prevé subir la alícuota a las ventas electrónicas, que son cada vez más. Eso sería como subir el 21% del IVA y es un aumento firme de la presión tributaria.

Por último, también aumenta la presión en la tasa automotor. La Municipalidad no va a tocar las alícuotas, pero lo que sube es el valor adjudicado a los autos, la base imponible. A esos valores no los pone el municipio. La intendencia los toma de la cámara que agrupa a las concesionarias. En septiembre los autos se encarecieron 70% interanual, es decir por arriba de la inflación, con lo que lo recaudado por la tasa también crecerá por arriba de la inflación.

En definitiva, falta ver los números concretos. Mi impresión es que el efecto neto será un aumento leve de la presión tributaria.