Massa: el fin no justifica los medios… ni el fin

Adrián Simioni

La capacidad de Sergio Massa para hacer todo con una mezcla de violación de la ley y falta de escrúpulos tiene pocos límites. Sobre su paquete de anuncios ya se ha planteado:

-Que son confusos a propósito, cosa de que estemos hablando de ellos varios días y “llenando” la campaña electoral.

-Que seguimos siendo cachorritos tratando de morderse la cola: cuando llegan los presuntos “beneficios”, ya se los comió la inflación.

-Que son inequitativos. Basta ver lo que pasa con los jubilados que efectivamente trabajaron y cobran algo más que una mínima.

-Que Massa actúa en forma desembozada como candidato a presidente y presidente de facto a la vez. En los próximos días los ministros del gabinete correrán detrás de los anuncios, que el presidente Alberto Fernández apenas llegó a retuitear.

-Que Massa no tiene empacho alguno en dos cosas: por un lado, apropiarse del dinero público del Estado para lanzar un “plan platita” cuyo fin real es financiar su propia campaña electoral. Por otro lado, obliga a privados –violando principios elementales de la Constitución y sin siquiera pasar por el Congreso- a entregar dinero a otros (por ejemplo las familias a sus empleadas domésticas; las empresas a sus empleados) también para obligarlos a pagarle su propia campaña. Busca mejorar el “humor social” con plata del Estado y con plata de privados.

Lo tenemos totalmente naturalizado, pero sustancialmente es una forma de robo, de asalto. ¿Quién se cree que es Massa para decirle a cualquiera: “Che, ciudadano A, este mes págale 30 mil pesos al ciudadano B”. En cualquier lugar del mundo esto sería inconcebible. Ya no somos dueños de nuestra propiedad ni de nuestros contratos.

Todo esto, por supuesto, tiene efectos inflacionarios. A la plata que gastará la Anses en la campaña de Massa (por lo que pagará de más a jubilados y lo que dejará de cobrar en contribuciones patronales) se pagará con emisión de dinero sin respaldo, que genera inflación. Los hogares que tengan que pagar más a sus empleadas domésticas también tendrán un aumento en su costo de vida, es decir, inflación. Y las empresas que tendrán que pagar sueldos, sobre todo las que emplean a mucha gente y pagan sueldos bajos, van a tener que trasladar esos mayores costos a precios, elevando la inflación. Lo que va a golpear a todos, incluidos los supuestos beneficiarios de este paquete.

Massa viola la Constitución y se apropia del presupuesto para mantener caliente el motor de la inflación. No podría justificar sus medios. Lo más triste es que ni siquiera se justifica el fin.