¿Nadie va a denunciar a Donda ante el Inadi?

Adrián Simioni

Para muchos argentinos, Victoria Donda, la interventora del Inadi, ya venía burlándose de ellos desde hace dos años.

Fue cuando su entonces empleada doméstica, Arminda Banda Oxa -mujer, pobre y migrante de nacionalidad boliviana- difundió los famosos audios en los que Donda, la luchadora de la antidiscriminación, le ofrecía un plan social o un cargo en el Inadi.

Muchos interpretamos, escuchando esos audios, que Donda buscaba usar recursos públicos (un plan, un puesto) para compensar a Arminda a cambio de que renunciara a su empleo particular con Donda sin exigir una indemnización. Luego, además, se confirmó que Arminda había trabajado en negro entre 2007 y 2016, mientras Donda era diputada nacional. Y luego estuvo subregistrada, según el abogado de Arminda.

De hecho, un fiscal federal imputó a Donda por abuso de autoridad y negociaciones incompatibles con la función pública. Pero el juez Casanello la sobreseyó en forma definitiva. No la sobreseyeron porque los hechos estén desmentidos, sino sólo porque Donda no llegó a iniciar ningún trámite para darle a Arminda el plan o el cargo que le ofreció.

Las justificaciones de Donda han sido para alquilar balcones. La más cínica fue cuando una periodista amiga la entrevistó para que Donda pateara el penal. En un momento la periodista le recuerda que, como sea, Arminda trabajó una parte en blanco y otra en negro. Y Donda la interrumpe para corregirla. Pero no para negarle que haya estado en negro, sino para decirle que no se dice "en negro" porque tiene connotaciones discriminatorias, sino que hay que decir "trabajo no registrado".

A la burla de Donda hacia todos nosotros se sumó Alberto Fernández, que nunca la echó. Y la burla llegó al clímax cuando tras la derrota electoral K Donda renunció... pero Alberto ¡no le aceptó la renuncia!

Ahora Donda le acaba de dar una vuelta de tuerca a todo. Ayer, en el Día Internacional de las Mujeres, escribió un diario una sesuda columna en un diario para rasgarse las vestiduras sobre la discriminación laboral que sufren las mujeres. Por supuesto participó en las marchas y en los actos oficiales.

Y hasta retuitió un mensaje del Inadi según el cual, escuchá bien, las mujeres sufren una desigualdad aún peor cuando son, textual, "negras, pobres, migrantes e indígenas", entre otras cosas. Qué pensará Arminda.

A esta altura, lo de Donda ya no es burla. Es bullying. Ha dejado de burlarse en el recreo y nos está dando sin asco a la salida. Ya nos está acosando psicológicamente a los contribuyentes que le seguimos pagando el sueldo a ella y a su aparato de ñoquis y militantes. Lo de ella ya es una conducta violenta e intimidatoria ejercida en forma verbal contra la mansedumbre y la paciencia de ciudadanos pacíficos y honestos.

Alguien debería denunciarla por bullying para que deje de hostigarnos. Si alguien quiere hacerlo, debe dirigirse al Inadi. Y preguntar por Donda, Victoria Donda.