Paren de tranquilizarme: la "Corrida Sergio Tomás Massa"

Adrián Simioni

La mala praxis del cuarto gobierno "K" en medio de la montaña rusa que es hoy la Argentina es grotesca. Si es que quieren tranquilizarnos, yo les ruego que dejen de hacerlo.

Empecemos por Sergio Massa. En modo candidato, salió a criticar las propuestas de Javier Milei. Lo acusó de estar pergeñando un Plan Bonex en caso de que gane. 

Para los más chicos: el plan bonex fue un manotazo a los plazos fijos al inicio del gobierno de Carlos Menem. Como hoy, como hoy, se habían puesto tasas de interés muy altas para que los ahorristas no se desprendieran de sus pesos y dejaran la plata en los bancos. Y se generó una bola de nieve. Para que esos ahorristas no se fueran en estampida al dólar, el Banco Central, por la fuerza, les entregó un bono de deuda a pagar en 10 años.

"Lo que Milei dijo, para que lo entienda el ciudadano común y espero que los bancos alerten a sus clientes, es que si él es presidente va a haber un Plan Bonex. Cuando describe cómo trata los pasivos del Banco Central y a las Leliq, lo que está diciendo es 'voy a manotear el dinero de los ahorristas'”, dijo Massa.

Esto le puede servir al Massa candidato para criticar a Milei, pero es pésimo para el Massa ministro, que debería tratar de calmar la cosa. Los ahorristas a esta hora deben estar pensando todos en qué hacer. Si retirar su plata a las 8,30 o a las 9,30. En lugar de Gasoducto Néstor Carlos Kirchner a esto lo vamos a bautizar Corrida Sergio Tomás Massa.

El partido kirchnerista está en la misma. El miércoles, Massa también dijo que no piensa renunciar y que se quedará como ministro hasta el 10 de diciembre. 

Tuvo que hacerlo porque varios voceros kirchneristas empezaron a pedirle que renuncie. Se supone que se lo pedían para que pueda dedicarse a full a la campaña. Viven en Narnia, una Narnia electoral. No se dan cuenta de que si Massa renunciara ahora, cuando el dólar se dispara, la inflación se espiraliza y las góndolas se vacían, sería como echar nafta al caos.

Lo mismo que la vocera Gabriela Cerruti, un elefante en el bazar de la crisis financiera. Como Massa, acaba de decir que el FMI "exigía" una devaluación mucho mayor, pero que el ministro héroe la paró de pecho en un 22 por ciento. Y no habrá más ninguna devaluación hasta diciembre, dijo Cerruti. Un poquito de cautela. El efecto de la devaluación del 22 por ciento del lunes ya se licuó. Todas las cosas ya están aumentando en ese rango, empezando por el dólar blue, que trepó 30%. Es decir, hoy la brecha entre el blue y el oficial es mayor a la que existía el lunes. Es decir: devaluaron al cuete y el dólar oficial está artificialmente barato de nuevo.

Por eso digo: paren de tranquilizarnos. Para ponernos nerviosos ya nos arreglamos nosotros mismos sin la ayuda de quienes deberían mostrar algún tipo de sentido común pero sólo dicen disparates.