Pobrecito, el fantasma estigmatizado
17/03/2025 | 11:39Redacción Cadena 3

En el marco del escándalo de la "empleada fantasma" de la Legislatura de Córdoba, ahora nos encontramos ante una situación que parece sacada de una novela de misterio: la existencia de "fantasmas estigmatizados".
Este término hace referencia a una cantidad indeterminada de contratados en la Unicameral. Personas cuyos roles y responsabilidades son un completo enigma, no solo para el público, sino también para los propios legisladores que los contratan.
El caso de Guillermo Kraisman puso de manifiesto esta problemática, donde la legisladora Nadia Fernández recibió, a través de WhatsApp, instrucciones sobre a quién debía contratar. La situación es, sin duda, insólita y, a mi entender, genera un manto de dudas sobre la transparencia en la gestión pública.
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Escándalo en Córdoba. Empleada "fantasma": solicitan transparencia de datos públicos de la Unicameral
El exfuncionario Guillermo Kraisman sigue detenido por intentar cobrar un sueldo de una presunta empleada de la Legislatura cordobesa, quien nunca trabajó allí.
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La falta de claridad sobre el número de legisladores, empleados y contratados, así como la naturaleza de sus funciones, es preocupante.
En este contexto, se plantea que la Legislatura blanquee esta información: ¿Cuántos empleados hay por legislador? ¿Qué hacen realmente? ¿Cumplen con sus tareas o simplemente ocupan un espacio? Estas preguntas son fundamentales para entender el funcionamiento de una institución que, en teoría, debería ser un modelo de transparencia y rendición de cuentas.
En la página del Senado de la Nación es posible acceder a información detallada sobre los empleados de cada senador, incluyendo sus salarios. Sin embargo, esta práctica parece no existir en la Legislatura de Córdoba. ¿Por qué existe esta disparidad? La respuesta de Facundo Torres, presidente provisional de la Legislatura, es preocupante. Él argumenta que revelar los nombres de los empleados es "estigmatizante", sugiriendo que la percepción pública sobre los trabajadores del Estado es negativa. El argumento es una falta de responsabilidad. Si no hay nada que ocultar, ¿por qué no blanquear la situación?
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Video gentileza: Radio Vibra 106.5 Alta Gracia.
Hay un patrón de "ocultamiento" que se debe abordar. La falta de preocupación del Sindicato de Empleados Legislativos por la contratación de "fantasmas" es notable.
Este sindicato, que debería velar por los derechos de los trabajadores, parece más interesado en mantener el status quo que en exigir transparencia. Los retiros voluntarios en la Legislatura, donde se busca reemplazar a empleados de larga data por nuevos, es un claro indicativo de que hay un juego de intereses que perjudica la integridad de la institución.
Otro tema en cuestión es que los contratos en la Legislatura suelen tener una duración de seis meses. Esto permite a los legisladores eludir la rendición de cuentas, ya que pueden renovar contratos sin que se refleje en las estadísticas oficiales. ¿No es esto motivo suficiente para cuestionar la integridad de la gestión legislativa? La falta de información sobre la cantidad de empleados y contratados es una estrategia que solo alimenta la desconfianza del público.
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Legislatura de Córdoba. Empleada fantasma: un técnico de la Unicameral declarará ante el fiscal Mondino
Se trata de un testigo clave para explicar cómo el la convocatoria de personal en la Unicameral. No será convocada Nadia Fernández, acusada de estar al tanto de la contratación.
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La ciudadanía tiene derecho a saber quiénes son los empleados de la Unicameral, cuáles son sus funciones y qué remuneraciones reciben.
La ley de información pública establece que los ciudadanos tenemos acceso a esta información, y es inaceptable que se nos niegue.
La responsabilidad recae, en última instancia, en el gobernador Martín Llaryora, quien, como jefe político de la Legislatura, debería exigir claridad y honestidad en la gestión. La independencia del Poder Legislativo no puede ser una excusa para eludir responsabilidades. La falta de respuesta a los pedidos de información solo refuerza la idea de que hay algo que ocultar.
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