Políticos tóxicos a cielo abierto

Por Adrián Simioni

Anoche hubo incidentes y detenidos en Rawson, capital de Chubut, porque, luego de 20 años en que la minería estuvo prohibida casi por completo, la Legislatura aprobó una ley que define zonas de la provincia en las que sí se podrá invertir.

En 2003, al calor del “que se vayan todos”, grupos ambientalistas se las ingeniaron para prohibir la minería a cielo abierto, de hecho la única minería que se hace en el mundo, y el uso de cianuro. La propia ley establecía que se podrían explotar minerales en zonas que se definir en otra norma. Pero ese momento nunca llegó. Los grupos anticapitalistas disfrazados de ambientales, con una campaña basada en el miedo y la desinformación, congelaron todo.

Ayer, finalmente, esas zonas se definieron. La mayoría silenciosa de Chubut esta vez parece estar a favor. Igual que los sindicatos de petroleros, mineros, camioneros y otros, que rechazan que se les prohíba trabajar.

La ley habilitará por ejemplo, la explotación de la mina Navidad, uno de los depósitos de plata más grandes del mundo, en el medio de la desolada estepa chubutense, lejos de cualquier glaciar, gran centro poblado o río y sin uso de cianuro. Si no se puede hacer minería allí entonces no se puede hacer minería en ningún lugar del mundo y tendríamos que volver todos a la era de las cavernas.

Aún así, las voces en contra siguen. El jefe piquetero papal, Juan Grabois, calificó la sanción de la ley como un “ecocidio”. Después el piquetero pretende repoblar el interior con los habitantes del conurbano. ¿A qué se podrían dedicar los clientes de Grabois si ni siquiera se puede hacer minería en medio de la Patagonia?

Pero los responsables más patéticos de haberle quitado 20 años inversiones a Chubut no son los ambientalistas trasnochados sino algunos políticos, empezando por el actual gobernador, Mariano Arcioni.

En 2017 Arcioni, que era el vicegobernador de Mario Das Neves, se postuló a diputado. Hizo campaña con un discurso antiminero duro y demagógico contra la ley de zonificación. Algunas de sus consignas simplonas eran “Siempre se quieren llevar nuestros recursos”, “¿No saben que contaminan el agua”. Das Neves murió y Arcioni asumió como gobernador. Cuando se postuló a la reelección, en 2019, Arcioni descubrió las bondades de la minería. Y empezó a hacer campaña exactamente por lo contrario que antes. Lo que lo deja expuesto como uno de los gobernadores más dañinos que haya tenido Chubut: ayudó como pocos a privar de inversiones a su provincia durante 20 años diciendo cosas en las que no creía.

Algunos políticos son como Arcioni. Son mucho más contaminantes que la minería a cielo abierto: si les conviene, intoxican a la gente con falsedades y exageraciones más dañinas que el cianuro.

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