¿Por qué YPF -que es buenita- también fogonea la inflación?

Adrián Simioni

Para el gobierno hay inflación básicamente porque unos grupos económicos a los que ellos llaman “formadores de precios” suben los precios. Esa es la teoría oficial: los malos fogonean la inflación. Por eso los funcionarios tratan de reprimir esos aumentos. Por ejemplo, en marzo les impusieron precios máximos a los fabricantes de miles de productos que se venden en los súper. Eso venció el 31 de enero, pero el gobierno, sin preguntar, prorrogó todo dos meses más.

Si no, amenaza a los frigoríficos exportadores y así les obliga a vender carne barata, aunque sobre todo en el conurbano y en los súper grandes.

En otros casos, directamente transforma precios en tarifas y las impone por decreto, como pasó con los precios de Internet, celulares y tv por cable. O directamente ignora la realidad y reprime las cuotas de las prepagas o congela el alquiler que cobra un jubilado.

Casi todos los economistas le dice al gobierno que está equivocado. Que la inflación no viene por capricho de dos empresarios. Si no porque el Banco Central no para de emitir pesos.

Es una viejísima discusión. Lo gracioso es que el gobierno, si quisiera, podría probar que tiene razón. Podría probarlo olímpicamente. Lo único que tendría que hacer es ordenar que YPF no aumente sus precios. A YPF la maneja el gobierno. Y domina por lejos el mercado. Si YPF no sube sus precios, la nafta y el gasoil dejan de aumentar. Listo.

Sin embargo, eso no ha pasado. Sólo en enero YPF subió 10% sus precios. Los aumentó 9 veces en 6 meses. En marzo habrá más aumentos. Y eso que YPF, además, empezará a quedarse con impuestos: el 25% del nuevo impuesto a la riqueza se lo quedará YPF. Las carnicerías, los súper, las prepagas, las agroindustrias, no tienen esa ventaja. O sea que, si no fuera porque YPF se queda con impuestos, entonces tendría que subir aún más sus precios.

YPF da excusas: que le suben impuestos, que le aumentan insumos, que la deuda le pesa cada vez más, que suben los sueldos, que tiene que invertir… Pero esas son todas las cosas que les pasan también al resto de las empresas privadas que, para el gobierno, son diabólicas y gozan remarcando precios.

Así que ya sabe: la próxima vez que usted vea a algún economista oficialista decir que los precios suben porque los empresarios son malos, malos, malos, pregúntese: ¿por qué YPF, que es buena, buena, buena, también aumenta sus precios? No se deje versear tan fácilmente.