Que la derrota no empañe la fiesta

Adrián Simioni

Argentina puede ganar o perder un partido en el Mundial. No importa nada. Lo importante es que siga la fiesta. Y me refiero a la única fiesta verdadera que tiene lugar en el país desde hace décadas, que consiste en seguir metiendo ñoquis, militantes y acomodados en un Estado gigantesco que ya no podemos financiar y que sólo puede pagar esos salarios gigantescos e improductivos imprimiendo dinero sin respaldo.

Los últimos dos ministros de Economía, Silvia Batakis y Sergio Massa, dieron la orden tremebunda: ni un ñoqui más. Sin embargo, el propio Ministerio de Economía sigue la joda. El martes, por ejemplo, Massa inauguró el Observatorio de Precios, un nuevo organismo que se dedicará al avistaje de remarcaciones, como los observadores de aves, siempre mirando más allá de las nubes.

Como casi todos los días, el Boletín Oficial también viene cargado. Hoy fue el turno de la Secretaría General del Gobierno, que se clavó otros 31 empleos en la planta permanente que deberemos pagar por los próximos 30 años y luego sus jubilaciones. Nunca llegaremos a saber bien qué hacen, pero pagaremos.

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En las provincias también se consigue. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof ya puso por escrito que su mandato terminará sumando, netos, casi 46 mil empleados públicos. Equivale a tres Anses completos. A cuatro municipalidades de Córdoba. Todos los días, Kicillof coloca 31 militantes en el Estado. Para siempre. Cuando termine su mandato, el camporista dejará un plantel bonaerense más grande que todo el plantel estatal de la Nación. Aún así al gobernador no le sale hacerse cargo, por ejemplo, de la seguridad en su distrito, así que su madrina Cristina tiene que presionar al Presidente para que le mande gendarmes.

Los de Tierra del Fuego ya son un clásico. Hace unas semanas dieron la nota modificando la ley previsional para volver a regalar jubilaciones estatales incluso a los 45 años de edad, con lo cual van a volver a quebrar su Caja de Jubilaciones como ya la quebraron en la década del 2010. Pero la demagogia fueguina no tiene fin. 

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El martes, sin una ley, sólo con una resolución, el Ministerio de Trabajo fueguino calificó como riesgosa a todo el servicio eléctrico. Pero en lugar de reforzar la seguridad o mejorar eventuales indemnizaciones por accidentes laborales, el "premio" es que, todos, incluídos los que nunca sufrieron ningún accidente, se jubilen desde los 50.

Nación, Buenos Aires, Tierra del Fuego, son todos deficitarios. Pero en lugar de ser austeros queman fortunas cada vez más grandes. Todo se paga con emisión.

Hoy siguen los festejos en Arabia Saudita. Y también en el Estado argentino, donde la fiesta no termina nunca, porque total la pagamos todos nosotros, a fuerza de inflación.

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