Ser delincuente es muy barato y ser honrado, muy caro

Adrián Simioni

"En Argentina es muy caro ser honrado". Es una frase que escucho cada vez más. "En Argentina es muy caro ser honrado". Debe ser que es cada vez más verdadera. El que paga impuestos altísimos no puede competir con el que sigue lo más pancho en negro. Al que trabaja el Estado le roba su ingreso a través de la inflación para regalárselo al que no trabaja. Y así. Ya lo sabemos.

Lo que no tenemos tan en claro es el reverso de eso, que también es cierto: "En Argentina es muy barato ser un delincuente". Tal vez sea esta perversión la que está en la base de la inseguridad en la que vivimos, que no es una ola. Una ola es algo pasajero. Pero esto no es una ola. Los vecinos de Nueva Córdoba pueden haber exagerado hasta entrar en una psicosis anoche cuando, tras un robo piraña, se empezaron a viralizar imágenes de robos anteriores. Pero las pirañas están ahí. Están en Bialet Massé, donde una jubilada tuvo que matar un delincuente para salvar a su marido. Y en Colonia Tirolesa, donde un chacarero fue asesinado de dos balazos por un ladrón. Los delincuentes nos salen carísimos. Nos cuestan desde un celular hasta las rejas que horribilizan nuestro barrio. Nos cuestan hasta la vida.

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Es interesante verlo desde esta perspectiva que podríamos llamar "económica". Porque la solución puede ser cambiar esto: que a los choros deje de salirles todo tan barato y que a los honrados no les salga tan caro.

Hay cosas obvias. Por ejemplo: las cárceles tienen que volver a ser caras. Que dejen de ser un spa all inclusive, con Netflix y teléfono, que incluso se transforman en call centers del delito.

Los presos ¿tienen que seguir cobrando por trabajar? ¿O deben trabajar y dar las gracias para que les computen eso como buena conducta? ¿Cómo es posible que, al cumplir los 65 años, alguien que estuvo preso y delinquió toda su vida pueda jubilarse con la misma moratoria que los honrados? ¿No se puede cambiar la ley penal para eliminar o reducir ese beneficio? A ese delincuente hay que encarecerle la vejez y a los contribuyentes hay que ahorrarles un impuesto.

¿Por qué alguien que delinque se beneficia con planes sociales? Hay un enorme rango de delitos de baja intensidad que sólo son viables porque el Estado los subsidia. Sí: el Estado subsidia la delincuencia. Entre los millones de planes es evidente que hay una cantidad que cobra gente que se dedica al delito. Es un regalo que hay que quitarle al delincuente y un gasto que hay que ahorrarle a los honestos.

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Son apenas ideas. Muchas son controvertidas. Algunas requerirían cambiar las leyes para ser aplicables. Los expertos tendrán, seguro, mucho para decir. Pero es para debatir. Los ciudadanos tenemos el derecho a exigir que en Argentina ser honrado comience a ser más barato y que ser un delincuente empiece a ser cada vez más caro.