Tarifas: subas de hasta 300%, que tal vez no alcancen

Adrián Simioni

El gobierno confirmó lo que adelantó Alberto Fernández el martes en el Congreso. Los precios de la electricidad y el gas en todo el país subirán en forma diferencial.

Primero, quienes sean considerados "ricos" por el gobierno perderán todo tipo de subsidios. Serán aproximadamente el 10% de los clientes. Hoy pagan apenas un tercio del gas y un cuarto de la electricidad. Así para ellos hay que esperar subas del 200% en el gas del 300% en la boleta de la luz.

Segundo, el grueso de los clientes tendrá aumentos de hasta 45% aproximadamente en sus boletas. Son clientes que hoy no reciben la tarifa social y no serán considerados ricos. En el caso del gas serán alcanzados el 80% de los clientes. En la electricidad, su cantidad es un misterio, porque depende de cada provincia. ¿Por qué el 45%? Porque a ellos se les aplicará un aumento de hasta 80% del Coeficiente de Variación Salarial. El año pasado, ese indicador trepó 56% aproximadamente. Y el 80% de ese 56% da casi 45%.

Tercero, y finalmente, los beneficiarios de la tarifa social tendrán un aumento equivalente al 40% del Coeficiente de Variación Social, lo que implica una suba del 22%. ¿Cuántos son estos beneficiarios? En el gas son el 11% del total. En la electricidad, depende de cada provincia.

Todos estos números son relativos, porque los subsidios son una telaraña compleja. Por ejemplo, ¿los millones de consumidores de gas de las zonas frías a los que Máximo Kirchner nos regaló en la campaña electoral del año pasado un subsidio extra de hasta 50% ¿seguirá en pie? La Anses también otorgó subsidios extras para la luz y el gas a beneficiarios de subsidios sociales y jubilados. Así que los números son confusos.

Hay una trampita. El presidente necesitaba presentar este ajuste del mejor modo posible para que Cristina Fernández no se lo rebote en el Congreso. Y encontró una ley que el propio kirchnerismo le había impuesto en 2018 a Macri y que Macri vetó por insuficiente. El presidente piensa que así le resultará imposible a Cristina rechazar la norma. Sin embargo, hoy la misma ley impacta más que en 2018: aplicar el CVS en 2018 tenía efecto nulo, porque los precios del gas y la luz eran cercanos a cero luego de tantos años de congelamiento K. Aplicar un 45% sobre esos precios tan bajos era insignificante. Hoy los precios no están tan atrasados: un 45% significa mucho más.

Otro punto a considerar: el Coeficiente de Variación Salarial surge de medir los salarios en blanco, que suben más que los ingresos en negro. En 2001 los salarios en blanco crecieron en términos reales un 2,5%, en cambio los ingresos en negro cayeron 7%. Como el aumento que se aplicará es el mismo, el tarifazo impactará más en quienes trabajan en negro.

Última cuestión: estos aumentos casi seguro no van a ayudar a bajar los subsidios, porque si el grueso de las tarifas ni siquiera van a seguir el aumento pleno de los salarios, entonces el precio de la luz y el gas va a seguir siendo cada vez menor respecto de lo que cuesta producirlos. Y el Estado deberá seguir cubriendo la diferencia.

Y esto será peor aún si la energía que importamos se sigue disparando a las nubes por el "efecto Ucrania".

Así que se mantiene la misma pregunta: ¿dónde piensa reducir el gasto el gobierno para poder dejar de emitir y bajar la inflación, como plantea el acuerdo con el FMI?