Tasas de interés récord: ¿CFK va a pagar los plazos fijos?

Adrián Simioni

¿Escucharon a Cristina el jueves? No voy a hablar de la incoherencia de proponer un programa de gobierno cuando ya transcurrieron 40 de los 48 meses del Gobierno que ella misma arma y digita desde el comienzo. O del dejo rascista con que se refirió sin nombrarlos a Domingo Cavallo y Javier Milei, ella que es tan inclusiva.

Sólo me voy a concentrar en un aspecto: su rechazo a la dolarización. Aclaremos: yo no estoy a favor a de la dolarización. Pero no puedo creer lo que pasó ayer.

Primero, una cuestión moral: esta señora multimillonaria que ayer rechazó frontalmente la dolarización, ahorró toda su vida en dólares. Sólo a su hija le encontraron en una caja de ahorros 4,6 millones de dólares. Néstor compraba de a dos millones de dólares por mes siendo "primer damo". Esta gente tiene un serio trastorno de personalidad que les impide parar con el doble discurso. Los dólares son para ellos. Para los demás, pesos que ya no compran ni polenta. Más casta, imposible. Todo en nombre del pueblo.

Segundo, una cuestión racional. Mientras Cristina simulaba patriotismo despotricando contra la dolarización, el Banco Central, o sea su gobierno, subía la tasa de interés anual al 91% anual. Eso significa que si vos hoy ponés 100 mil pesos en un plazo fijo a 30 días y lo renovás durante 12 meses, en un año el banco te tiene que dar 240 mil pesos. Lo mismo harán a su vez los bancos, prestándole ese dinero a Massa y al Banco Central. Pagar eso implica duplicar la base monetaria cada cuatro meses. En un año, multiplicar por tres la cantidad de pesos.

Pregunta para la patriota defensora del peso: ¿cómo piensa cubrir esa cordillera de pesos cuando bancos y depositantes los quieran retirar antes de que el dólar, los fideos, los neumáticos vuelvan a dispararse por encima de la tasa de interés? ¿Las imprentas de qué otros países piensan contratar además de las de Brasil, España, Malta, Francia y China para dar abasto?

A esta señora no le importa. Tras el acto de ayer se apresta a elegir cuidadosamente al candidato oficialista que deberá perder las elecciones. Y cuando llegue el tsunami de pesos ella ya será líder de una oposición cuyos militantes mantendrán colonizando el Estado y las corporaciones que coparon en estos años. Y estarán todos listos para hacerles la vida imposible al pobre infeliz que sea presidente.