Una nueva: avisar por chat a los amigos qué van a hacer con el dólar

Adrián Simioni

Gabriel Rubinstein acaba de asumir su puesto la semana pasada después de un enorme entuerto. Había más que sugerido que Cristina Fernández es corrupta. Al final igual lo designaron.

Pero los entuertos no terminan ahí. El fin de semana un economista, Fernando Marull, pronosticó que este jueves habría una devaluación del 50%. Lo hizo basado en que el periodista alineado al gobierno Horacio Verbitsky publicó un plan atribuido a Rubinstein, donde se dice a modo de sugerencia que este jueves, 1 de septiembre, podría devaluarse el peso.

La cuestión es que ayer Rubinstein habría enviado mensajes de whatsapp a economistas conocidos para desmentirlo. Rubinstein no desmintió ni confirmó el mensaje. La voz que se escucha en el audio que se le atribuye suena en principio muy parecida a la suya.

"No habrá devaluación", se escucha en el mensaje, lo que ya es un deja vu amargo: todos recordamos frases famosísimas como "el que apuesta al dólar pierde", que terminaron en megadevaluaciones. Incluso tiene rivetes cómicos, desopilantes. Página12 dice que Rubinstein asegura en el mensaje: “Les aseguro 100 por ciento que no va a haber devaluación, por lo menos no este jueves”. Ahá. Está re-seguro, el funcionario. Por un día. Veremos el viernes, entonces.

Pero lo peor no es todo eso. Lo peor es lo que ningún medio ha remarcado hasta ahora: el secretario de Política Económica de la Nación, viceministro de Economía, el diseñador del plan, ¿les anda anticipando por mensajito a un grupo de conocidos qué es lo que va a pasar con el dólar? Eso es tráfico de información privilegiada y, si es cierto, debe ser castigado.

Es lo mismo que les hubiera avisado que el dólar subiría, es decir que sí habría devaluación. Si el tipo que decide esto te avisa a vos que el dólar va a subir ¿qué hacés? Comprás dólares. ¿Y si te asegura que no va devaluar cuando todo el mundo espera lo contrario? ¿Qué hacés? Vendés y te pasás a pesos para aprovechar las tasas de interés o no salís desesperado a comprar dólares pagando barbaridades y perdiendo plata, como harían todos los demás.

Como en Argentina nos acostumbramos a cosas cada vez más desopilantes, yo voy a reclamar algo muy obvio, pero aparentemente necesario: si un funcionario público tiene que avisar de algo que va a pasar o a no pasar con el dólar, tiene que decírmelo a mí también, no sólo a sus economistas amigos. Tiene que decírselo a todo el mundo, al mismo tiempo. Lo tiene que hacer público. Es un concepto elemental de la República. Lo demás es delito. Lisa y llanamente. Artículo 307 del Código Penal: suministro de información privilegiada, agravado por el hecho de ser funcionario público.

Dicen que Massa pensaba denunciar penalmente a Marull por haber pronosticado una devaluación, lo cual es una ridiculez. El trabajo de un economista es tratar de adivinar qué pasará con el valor de las cosas, incluído el dólar. Sin ir más lejos, a ese trabajo legítimo y honesto se dedicaba también Rubinstein antes de que Massa lo contratara. Por ahora, si confirman los audios, Rubinstein va a quedar más cerca de un juzgado que Marull, apenas una semana después de asumir.