Uruguay, mucho más lejos que la China

Adrián Simioni

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, sorprendió ayer al anunciar avances en la negociación de un tratado de libre comercio con China.

Sobre todo, sorprendió a la Argentina. El único socio proteccionista, cerrado, del Mercosur. Acá todavía deliramos con el eslogan “vivir con lo nuestro”. Queremos que el Mercosur sea el último santuario sin competencia del planeta. Pero los otros tres socios saben que eso es un viaje a la pobreza. Uruguay es el más directo. Y ayer dio otro paso. Argentina se queda cada vez más sola en un bloque que se desarma y por eso rechaza la decisión uruguaya.

Pero las diferencias entre Uruguay y Argentina van mucho más allá. Por empezar, fíjense la diferencia de método. Ayer Lacalle Pou convocó a todos los partidos políticos para contarles primero a ellos sobre estas conversaciones con China. En Argentina, Macri se sumó con fuerza a sus colegas del Mercosur que, entre 2016 y 2019 aceleraron la negociación con la Unión Europea para un tratado de libre comercio que quedó casi listo para firmar. No involucró al kirchnerismo, que rechazaba la idea. Desde que asumió, Alberto Fernández puso todo en el freezer. Los uruguayos van juntos. Los argentinos, separados y a los bandazos.

Pero además las diferencias con Uruguay no empezaron ahora ni se limitan al libre comercio. Desde el 2000 Uruguay tuvo gobiernos blancos, colorados y frenteamplistas. Y todos cuidaron el equilibrio fiscal del Estado para terminar con la inflación y domar el endeudamiento.

Ningún gobierno se embarcó en un proteccionismo absurdo para fabricar de todo y casi todo mal y caro. A nadie se le ocurrió prohibir la exportación de carnes o imponer retenciones extravagantes a los granos.

Tampoco espantaron con estatizaciones y confiscaciones. Ni al izquierdista Frente Amplio de José Mujica se le ocurrió poner en duda la propiedad privada o avalar usurpaciones. Nadie habló de “ir por todo”. Todo eso fue la base para la estabilidad y la inversión. De hecho, cada vez más argentinos invierten en Uruguay. Cuenta final: el PBI per capita uruguayo duplica al argentino.

A estas alturas, lo que nos separa de Uruguay es algo mucho más lejano que la China.