¿Ya renunció Aníbal, el ministro de Memes y Chistes?

Adrián Simioni

Aníbal Fernández acaba de pronunciarse solemnemente en contra de la legalización de las drogas. Alguien le avisó que era el ministro de Seguridad de la Nación, que acaban de morir 20 personas en el curso de unas horas por consumir cocaína mezclada vaya a saber con qué, y que no da para que él se dedique a publicar ironías burlonas basadas esas 20 muertes contra su colega bonaerense, Sergio Berni; que él no es el ministro de Memes y Chistes de la Nación, sino uno de los responsables de las 20 muertes que acaba de tomarse a la chacota.

Después Aníbal se ofende porque lo vinculan al narcotráfico o por el apodo de "La Morsa" que cierto periodismo le adjudicó erróneamente. Pero la verdad es que ni él se ayuda. Su manera de sobrevivir es salir ahora a poner cara de preocupado y decir algo contra la legalización, aunque cuando era senador presentó un proyecto para despenalizar el consumo de marihuana. La otra salida que quedaría sería su renuncia. O que lo echen. Mínimo.

El otro es Sergio Berni. Que ha dejado de ser ministro de Seguridad de Buenos Aires para dirigir una especie de Anmat de las drogas. Así como la Anmat verifica la calidad de los medicamentos, Berni parece resignado a sugerir si la cocaína que se vende bajo sus narices se puede consumir o no. Lo único que falta es que se dedique a rotularla con los octógonos negros que prevé la ley de etiquetado frontal. Hace un mes y medio había habido un operativo en la Puerta 8, donde el fin de semana los narcos seguían vendiendo la merca mortal lo más panchos. A "súperBerni" los traficantes le están llenando la canasta de triples. A esta altura debería irse a mostrar pectorales al circo.

El tercero bajo escrutinio es el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que está en Rusia dándole enter a Despegar.com tratando de conseguir de urgencia un pasaje de vuelta. Era octubre de 2019 y él todavía era candidato. Criticaba la política de combate a los narcos de Patricia Bullrich y de María Eugenia Vidal y justificaba a los vendedores de drogas: "Hay gente que se dedica a vender droga porque se quedó sin laburo" por el desmanejo económico de Macri. Habría que preguntarle a Kicillof por qué sigue habiendo dealers ahora que gobierna él. Y si los sigue justificando.

Argentina vive una epidemia de drogas, salen ahora a decir. Y eso que todavía no está en marcha el plan de ajuste del FMI. Hace dos semanas, nada más, ¿se acuerdan?, Cristina Fernández le explicó al mundo, desde Honduras, que el narcotráfico surgía cuando, por culpa de los ajustes neoliberales de organismos como el Fondo, los Estados tenían que reducir su gasto social y, entonces, los narcos pasaban a cubrir necesidades sociales, por lo que pasaban a contar con el respaldo de la sociedad. Estaría bueno que Cristina explique ahora por qué el narcotráfico y el consumo de drogas parecen haberse adueñado del Conurbano siendo que no se aplican políticas de ajuste y que jamás en la historia el Estado argentino gastó tanto en subsidios de todo tipo precisamente allí, en el Conurbano.

La verdad, si uno los mira a todos juntos, lo que ve es lo más parecido a un corso de charlatanes, inescrupulosos e inútiles.