Recrean el crimen de Fernando Báez Sosa, desde la madre de un acusado

La frase "El pibe caducó" es mencionada en la novela Pulsión de Gabriela Exilart como una de las expresiones utilizadas por los agresores en un ataque mortal en grupo similar al ocurrido con Fernando Báez Sosa. 

La obra literaria se enfoca en explorar el drama social y el juicio relacionado con este tipo de violencia, tema que ha causado conmoción en el país.

La noticia de la muerte de Fernando Báez Sosa a manos de sus agresores en enero de 2020 causó una gran conmoción en Gabriela Exilart, quien es una abogada, docente universitaria y escritora exitosa en Argentina. 

Como madre, la autora se sintió profundamente afectada por lo ocurrido y decidió expresar sus sentimientos a través de la escritura. 

En su libro, Gabriela Exilart se puso en el lugar de "la otra" madre (la de un imputado por asesinato) para crear el personaje de Ada, un personaje complejo y con matices que refleja una perspectiva sensible y contradictoria. 

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El padre de Fernando Báez Sosa, Silvino Báez, ha revelado a los medios de comunicación que ningún familiar de los acusados se ha acercado a ellos después del crimen de su hijo, expresando su sorpresa y incredulidad sobre esta falta de gestos. 

Gabriela Exilart, la escritora, enfrentó la temática del caso a través de su escritura, considerando que este proceso fue desgarrador pero necesario, y que originalmente la novela no fue pensada como una historia sino como algo "sanador".

Para escribir su novela, Gabriela Exilart investigó casos de violencia juvenil similares y se esforzó por entender, desde una perspectiva psicológica, qué lleva a los grupos a actuar con impunidad y desprecio por la vida. Actualmente, confiesa que tiene dificultades para sumergirse en el juicio del caso. 

"Escribir Pulsión me hizo reflexionar sobre cuánto conocemos a nuestros hijos, me dejó más preguntas que respuestas. Cuánto de lo que inculcamos los padres queda en ellos. ¿Sirven los buenos ejemplos? ¿Cómo es la naturaleza humana? ¿Hay personas naturalmente malas que se juntan para hacer daño? Y me dejó más miedos que antes cada vez que mis hijos salen de noche", expresó. 

El libro no despega en ningún momento la mirada de una madre dentro del caso, motivo por el cual la autora admitió que "nunca hubiera podido dar voz a la mamá de la víctima, no hubiera podido vivir ese personaje".  

Ada se convierte en el disparador para problematizar cómo se derrumban las vidas aledañas de un chico acusado de un asesinato, lo que lleva a un camino insondable de reproches, lamentos y preguntas sin respuesta. ¿Cómo fue capaz? ¿En qué medida la violencia que se respira en las sociedades y los pactos de masculinidad le dan correlato sutil al impulso de golpear hasta matar? 

Un libro impactante que nos invita a reflexionar, a tener conversaciones profundas con los jóvenes y a prestar atención y no ignorar lo que está sucediendo a nuestro alrededor.