Selva Almada desnuda la masculinidad tóxica en "Ladrilleros"

Luego del éxito de "El viento que arrasa", Selva Almada vuelve con "Ladrilleros", un libro donde desnuda el machismo y la masculinidad asfixiante en las entrañas de un pueblo recóndito del del norte argentino. 

El libro le valió la nominación en la lista corta del premio Warwick Women que distingue el trabajo de traducción. 

Publicada bajo el título Brickmakers por el sello Charco Press con traducción de Annie McDermott. Acompañada por la alemana Katja Oskamp, "Ladrilleros" es el relato de una enemistad casi legendaria entre dos cabezas de familia, Oscar Tamai y Elvio Miranda, dos ladrilleros que trabajan de día para ganarse el pan y se pierden de noche en el juego y el sexo, las únicas diversiones al alcance de casi todos en un pueblo argentino donde el calor aprieta y las palabras faltan. 

Dentro de esa historia, Selva Almada exhibe la rivalidad entre dos familias que, con constantes puntos de acercamiento, los hijos son quienes terminan pagando por las diferencias de los padres. 

Estos personajes eran mejores amigos, hasta que al padre de uno lo matan y el otro se marcha y los dos amigos se convertirán en enemigos y las familias pasarán por distintos conflictos en busca de venganza. 

Pueblo chico, infierno grande, y este caso no es la excepción: en el corazón del norte argentino la masculinidad es asfixiante y ser gay, motivo de afrenta familiar.  

Con un lenguaje que gobierna la desesperación y un estilo heredado de los maestros de la gran literatura, Selva Almada nos lleva sin más trámites al territorio del macho, un varón bronco que se sabe débil y por eso ama de malas maneras y mata con saña, mientras las mujeres hacen lo que hay que hacer para que la vida siga adelante.