Amores prohibidos

María Rosa Beltramo

La prohibición de que los empleados mantengan relaciones amorosas volvió a debatirse en los últimos días luego de que Boston Celtics, el equipo subcampeón de la NBA, suspendiera por un año a su entrenador debido a que se relacionó afectivamente con una empleada de la franquicia, actitud que encuadra en lo que los estatutos consideran “conducta inadecuada”.

Y cuando la noticia estaba en pleno desarrollo un  conflicto similar  estalló en el Banco Interamericano de Desarrollo. 

La Argentina ya votó a favor de la destitución del presidente de  la entidad, Mauricio Claver Carone, por el "escándalo" de un romance prohibido con una alta funcionaria del organismo.

Ime Udoka, en tanto, llevó a sus dirigidos a disputar la final lo que le valió un gran prestigio que cimentó su popularidad, forjada desde su época de jugador y aumentada cuando se unió a la actriz Nia Long, conocida por su rol de novia del personaje que encarna Will Smith en “El príncipe de Bell Air”.

El entrenador aceptó el castigo y lo comunicó a través de esos típicos mensajes que difunden los políticos pescados en falta y que, en primera lectura, parecen excesivos. "Quiero pedirle disculpas a nuestros jugadores, a los aficionados, a toda la organización de los Celtics y a mi familia por haberlos defraudado".

Es probable que las excusas deba presentarlas a su mujer. No se entiende muy bien por qué los otros destinatarios del escrito se verían afectados.Lo importante es que no sólo los Boston Celtics rechazan los noviazgos internos. Esa cuestión es objeto de ríspidos debates en cientos de empresas e instituciones.

Las razones que esgrimen los partidarios de las prohibiciones pasan por evitar el favoritismo, las reclamaciones por acoso sexual, las represalias tras una ruptura, además de alejar el riesgo de futuras acciones legales o la fuga de información confidencial.

Un aspecto especialmente crítico es la vinculación afectiva entre personas de distinta jerarquía dentro de la empresa. El señalamiento que realizan los observadores es que “muchas relaciones no son producto de la decisión libre y consensuada de adultos con libre discernimiento, sino que son inducidas y/o forzadas bajo circunstancias que podrían encuadrar en acoso sexual o abuso de poder”.

La empresa que rompió los viejos moldes, alentando incluso las relaciones entre su personal es la cordobesa Tarjeta Naranja que logró ingresar al libro Guinness de récords mundiales por ser la compañía con mayor cantidad de matrimonios entre sus empleados.

Al momento que se le concediera ese certificado, 9 años atrás acreditaba al menos treinta y ocho parejas formadas en el ámbito laboral, y ese número siguió creciendo.

La contracara es la que ofrece una marca con presencia en todo el mundo, McDonald's, que hace un par de años despidió a su CEO, Steve Easterbrook, “por violar las políticas de la compañía al mantener una relación sentimental con una empleada”.

Y el damnificado aceptó con naturalidad el castigo. “Dados los valores de la empresa, estoy de acuerdo con el consejo directivo de que es momento de que me vaya”, señaló.

Volviendo a la sanción que detonó la polémica, observadores que siguen de cerca la vida institucional de los equipos que participan de la NBA temen que el público no tenga toda la información acerca de lo ocurrido porque resulta extraño que tras el apartamiento de Ime Udoka, haya sido designado en su reemplazo Joe Mazzulla.

Es que el entrenador suplente, de 34 años, ha soportado años atrás denuncias por violencia doméstica, daño y resistencia a la autoridad. Es una auténtica rareza que sean tan estrictos para exigir la regla de las relaciones y extremadamente laxos a la hora de ignorar la violencia de género.