Alerta roja en el planeta Tierra

Cynthia Zak

Todos hemos visto las imágenes de Nueva York bajo el agua, los incendios voraces en California, la sequía del río Paraná, el deshielo de glaciares, el sufrimiento humano sin tregua debido a la furia de los fenómenos naturales que están arrasando con el planeta.

Si antes el debate era sobre la responsabilidad de los humanos en el calentamiento global ahora es contundente. Científicos y expertos confirman que estas situaciones apocalípticas son responsabilidad nuestra, hechos y creados por el hombre.

Los humanos y su uso desmedido de recursos fósiles, industrialización sin planificación, urbanizaciones a destajo, falta de conciencia, individualismo, consumismo, corrupción gubernamental, cero educación en las escuelas sobre reciclado y reutilización de recursos, falta de política públicas sobre medio ambiente y otros factores han hecho que lleguemos al punto de alerta roja en el planeta tierra.

Los científicos y especialistas en cambio climático están azorados. “Los efectos del calentamiento global no están ya más en el futuro lejano o en lugares inalcanzables del planeta. Sabíamos que esto llegaría y ahora lo estamos viviendo”, dice Michael Byrne, investigador de clima de la University of Oxford.

Es fundamental entender el cuadro completo para comenzar a tomar conciencia y accionar con responsabilidad, cada uno de nosotros hemos contribuido de una manera u otra a la catástrofe y tenemos la obligación de hacer algo urgentemente.

Les comparto estadísticas de Naciones Unidas en su sección de medio ambiente: sequías globales que ocurrían una vez cada diez años suceden un 70 por ciento más frecuentemente, seis de los diez incendios más grandes de California han pasado entre el 2020 y 2021, lo mismo con lluvias torrenciales que ocurrían cada década han aumentado un 30 por ciento en los últimos diez años.

Un tercio de los países carece de leyes relativas a la calidad del aire en espacios exteriores y las naciones que sí disponen de ellas presentan grandes diferencias y a menudo no se ajustan a las directrices de la Organización Mundial de la Salud. Este organismo cataloga a la contaminación atmosférica como el mayor riesgo sanitario medioambiental, ya que el 92% de la población del planeta vive en lugares donde los niveles de polución superan los límites de seguridad.

De acuerdo con este informe el número de personas expuestas a las olas de calor han aumentado en alrededor de 125 millones en los últimos diez años y la longitud promedio de los eventos de olas de calor individuales fueron 0,37 días más largos, en comparación con el período entre 1986 y 2008, contribuyendo a un mayor riesgo de enfermedad o muerte relacionada con el calor.

Responsabilidad en acción

La relación entre calentamiento global y el impacto en la salud y economía de los pueblos es innegable y nuestra obligación es comprender la situación en su totalidad y hacer algo, tomar responsabilidad en la acción.

Como siempre les comparto tres consejos para aportar a la mejoría de esta crisis:

1-Es urgente hacer acciones para reducir la huella de carbono. Todos podemos cambiar hábitos y por ejemplo comprar en los mercados locales, en las ferias, productos de la zona, frutas y verduras de temporada con reducción de bolsas de plástico, envoltorios, paquetes y papeles. Se minimizan las emisiones de carbono ya que los productos son locales, hay ahorro de transporte y combustible además se crea sentido de comunidad y espacio para el intercambio humano.

2-Pintar de blanco el techo de su casa, refleja la luz del sol y reduce la temperatura interior de la vivienda hasta siete grados centígrados menos (en Nueva York se han pintado 10 millones de pies cuadrados de edificios de blanco en los últimos dos años). Cada 304 metros cuadrados de espacio en blanco compensa 10 toneladas métricas de CO2. Especialmente en zonas muy calurosas el techo blanco reduce la factura de electricidad hasta un 40 por ciento. Si cada techo se pintara de blanco equilibraría en un alto porcentaje las emisiones de carbono del planeta entero.

3-Reducir el consumo de carnes rojas, al menos dejar de comer una vez por semana. Es importante que entendamos el impacto que esto hace en el medio ambiente ya que para reducir los gases de efecto invernadero para el año 2050 el mundo debe reducir en un 90% su consumo de carne de cerdo y en un 75% el de vaca y comer tres veces más granos y semillas. Las emisiones de carbono de alimentos de origen vegetal son de 10 a 50 veces más bajas que la de los alimentos de origen animal.