Con "Natural", Soledad brilló en el Coliseo

Susana Manzelli

Ahí donde está cómoda, ahí donde creció y se convirtió en la artista que es hoy, ahí en el escenario, esta vez del teatro Coliseo de Buenos Aires, Soledad Pastorutti volvió a brillar.

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La última noche de las cinco presentaciones del disco "Natural" fue este sábado 22 de julio, con un show diferente a los que nos tiene acostumbrados, con una propuesta mucho más estética, intimista, con mezcla de géneros, fusiones de estilos y una puesta en escena de primer nivel.

Ya en el comienzo se destacó la técnica de mapping que puso de manifiesto un despliegue innovador, que creó imágenes y escenarios diferentes, para un primer tema que transportó al público y lo dejó al nivel que Sole quiso mostrar el resto de la noche.

/Inicio Código Embebido/Soledad y una noche única junto a Messi: "Siento mucho orgullo"/Fin Código Embebido/

Acompañaron once músicos, dos coristas, cuatro bailarines y un cuerpo de baile de doce niños. Todo le imprimió características de un show que por momentos se transformó en un musical, pasó por una peña, volvió a ser un concierto y terminó en un festival folclórico. Todo en un mismo sentido: pasar a otro nivel de producción de los shows de Soledad.

Lo que ella hace en este disco es una interpretación personal del folclore, lo hace desde la experiencia, con más historias para contar y con más sonidos y géneros para sumar, y el show tiene el mismo concepto: mostrar una mujer con pasado, con raíces, valores y características muy argentinas.

Pero, a la vez, afirmada en su presente como madre, mujer, trabajadora, artista. Y la mirada en el futuro, porque si algo se le nota a Sole es la capacidad de ver qué algo viene, y que hay que ir tras ello. Ella lo sabe y se le nota como toda artista completa de proyección internacional.

Sabe interpretar su carrera hasta el mínimo detalle, se ha encargado de resaltar su costado más femenino, con tres cambios de vestuario, profesionalizo cada movimiento de su cuerpo y de cualquier acción en escena.

Y a su vez no pierde su esencia (dispara diálogos permanentes, con el público, con los músicos y hasta con la gente detrás de escena) con enorme sello argentino, de ese que plasma valores, tradiciones, familia, barrio, lo cotidiano, pero con vuelo, con intuición, olfato o como quieran llamarlo para brindar un espectáculo con características artísticas de proyección internacional.