Creciente demanda en salud pública: "Un cimbronazo que el Estado debe enfrentar"

Ramiro Porchietti

El crecimiento en la demanda de la salud pública en Rosario pasó de ser una percepción a una realidad, con números concretos y un sostenimiento en el tiempo: entre 700 y 800 personas se sumaron al sistema cada mes desde que comenzó el año, indicaron desde la Municipalidad de Rosario. La cifra, con multiplicidad de motivos como la imposibilidad de pagar las prepagas tras los aumentos o el desempleo, trae aparejada consigo cambios en la vida cotidiana y, temen especialistas, puede generar problemas a futuro, como menor control de la propia salud y un aumento en las enfermedades en consecuencia.

Los datos oficiales brindados por la Secretaría de Salud municipal dan cuenta del incremento en los primeros seis meses del año. “Desde enero, hemos registrado un promedio mensual de entre 700 y 800 nuevas incorporaciones, cifra que se ha incrementado en los últimos meses", admitió el subsecretario municipal del área, Fernando Vignoni, a Cadena 3 Rosario.

Desde la sanción del decreto y la desregulación en diciembre de 2023, se ha observado un significativo aumento en los costos de las prepagas y los medicamentos, con aumentos por encima inclusive de la inflación. El Dr. Sebastián Torres, médico oncólogo y ex subsecretario de Promoción de la Salud provincial y la Dra. Carina Mazzeo, abogada y presidenta del Instituto de Derecho de Salud del Colegio de Abogados de Rosario, ofrecieron un análisis detallado sobre la situación del sistema de salud en Argentina y particularmente en Rosario.

La Dra. Mazzeo señaló que el impacto inicial fue "verdaderamente caótico" y que muchas personas, ante los aumentos indebidos y exorbitantes, tuvieron que darse de baja de sus prepagas. Sin embargo, tras el amparo que interpuso el Estado contra las empresas de medicina prepaga, se llegó a un acuerdo que obliga a las prepagas a reincorporar a los afiliados que se dieron de baja por falta de pago y devolverles los montos cobrados en exceso en 12 cuotas. A pesar de estas medidas, la situación sigue siendo incierta y se espera que con la liberación de los precios de las prepagas a partir de julio, las dificultades persistan.

“La salud pública ya estaba colapsada y recibir este cúmulo de pacientes y de personas con patologías que venían con cobertura privada es un cimbronazo grande que el Estado va a tener que enfrentar", señaló la profesional. “Hoy hay una crisis como consecuencia de las políticas de Estado que se están llevando a nivel nacional”, opinó Torres.

Mirá también

Drogas y padecimientos

Consumos problemáticos: "Más del 80% de los abordajes son no estatales"

Impacto humano y social: “Todavía no tomamos dimensión”

Más allá de los números, el médico enfatizó sobre lo que genera ya no poder pagar un servicio privado o un medicamento.. "La gente que tenía una obra social o prepaga ahora se encuentra con que no puede pagar los medicamentos o los estudios de control necesario, lo que lleva a un aumento en la morbi-mortalidad -ahondó-. La gente se controla menos, toma menos medicamentos, y eso va a traer aparejado un aumento de las enfermedades".

“Uno trata siempre de poder acompañar a sus pacientes de la mejor manera, de poder comprometerse y tratar de ayudarlos, siempre hablando con algún colega o una mano solidaria para poder conseguir ese tratamiento, esa internación, porque la realidad es que a la enfermedad le sumamos una angustia terrible al paciente cuando le llega el tratamiento o cuando no lo puede pagar”, agregó Torres, también columnista en Siempre Juntos en Cadena 3 Rosario.

“La angustia que viven los pacientes al momento de tener que operar sin tener la plata, al momento que lo echaron del trabajo, sumado que ahora deja de tener una cobertura en salud y no puede seguir tratándose, creo que es un combo en el cual todavía no estamos tomando dimensión del impacto que va a tener esto en la salud de la gente”, señaló con preocupación.

Mazzeo coincidió en que la situación es especialmente difícil para las personas mayores y aquellas con enfermedades graves, quienes en algunos casos se han visto obligadas a cambiar de sistema de salud en medio de su tratamiento. “Hemos visto muchísima gente grande que pagó 20 o 30 años su prepaga y tuvo que adaptarse al sistema de PAMI por no poder pagar más. Fue un terremoto: se desacomodó todo lo que venía acomodado. Mal acomodado, atado con alambres y como se podía, pero con cierto orden”, admite la abogada especialista en derecho a la salud.

Un sistema en riesgo

Ambos expertos coincidieron en que el sistema está en una situación delicada. Torres señaló que "aproximadamente 5.000 centros de salud en el país están en crisis y al límite”. La Dra. Mazzeo agregó que "es muy difícil calcular el número exacto de personas afectadas, pero es un problema a nivel nacional que afecta tanto a las grandes ciudades como a las áreas rurales".

“Nosotros estamos en una provincia en la cual tenemos un sistema de salud muy robusto, que quedó muy bien parado luego de la pandemia, pero no todas las provincias pasan lo mismo y me preocupa porque es una profundización de esta crisis económica que afecta directamente a la salud de los ciudadanos -agregó el médico-”.

“Creo que muchas veces cuando se habló de un Estado presente, no se estaba hablando de un eslogan o de un relato partidario, se está hablando justamente de esto, de cómo estamos viendo ahora la ausencia del Estado cuando se retira de programas de salud a nivel nacional, con la falta de financiamiento de programas oncológicos, una enfermedad que no puede esperar. Eso es gravísimo”, concluyó Torres.