Nueva reunión por obras claves para el futuro de Santa Fe, ¿y del país?

Agustín Dadamio

Una comitiva compuesta por tres ministros santafesinos hará sonar sus puños en las puertas de la Secretaría de Obra Pública de la Nación este jueves por la mañana. Más tarde, los funcionarios tocarán el botón del timbre del despacho del vicepresidente del Banco Nación. En la primera cita, insistirán por las obras de acceso a los puertos del Gran Rosario, que son una parte determinante de la estructura que constituye a la Argentina como “granero del mundo”. El segundo encuentro es para negociar líneas de créditos para productores agropecuarios de la provincia.

Los ministros que formarán parte de la segunda misión santafesina en CABA en 15 días son Pablo Olivares (Economía), Gustavo Puccini (Desarrollo Productivo) y Lisandro Enrico (Obras Públicas). Este último encabezó la comitiva que fue a reclamar obras el jueves 25 de abril pasado. Ese día el dirigente radical de Venado Tuerto priorizó el pedido de obras viales en rutas nacionales, trabajos en el acceso a los puertos y obras estratégicas (infraestructura, agua e hídricas).

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Ahora el tridente se enfocará exclusivamente en la situación del acceso a los puertos. En plena llegada masiva de camiones a las terminales portuarias del Gran Rosario, el mal estado de las trazas viales se hace sentir y revive un reclamo que es idéntico al de los últimos años. Por eso los funcionarios pedirán un esquema de reparación, ampliación de carriles y la garantía del mantenimiento posterior a las obras. La provincia estima una inversión de 50 mil millones de pesos (provenientes de una emisión de títulos de deudas) en obras, y espera que el dinero restante lo aporte Nación.

Luego de esa reunión, hay una cita pautada con Darío Wasserman, vicepresidente del Banco Nación. Con él hablarán de esquemas de financiamiento productivo, con la posibilidad de emular un sistema de créditos para productores agropecuarios similar al que ideó la provincia con el Banco de Santa Fe.

Los puertos, claves para Santa Fe y el país

Antes del comienzo de la cosecha se estimaba que la cantidad de camiones que llegarían al complejo portuario agroexportador del Gran Rosario (tercero en el ranking de importancia de complejos a nivel mundial, detrás de Nueva Orleans, Estados Unidos, y Santos, Brasil) rondaría los 2 millones. Básicamente, por el nodo portuario de la zona salen aproximadamente entre el 70 y el 80 por ciento de las exportaciones del país.

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Las proyecciones de las cosechas de maíz y soja fueron bajando con el paso de los meses, pero la actividad productiva de esta temporada es muy superior a las anteriores por la llegada del tan ansiado “Niño”. En ese contexto se impone la misma realidad de los últimos años: las cosechas saldrán del país a través de un complejo portuario que lidia con una infraestructura del siglo pasado.

Hace algunas semanas, el intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo, alertó que si no se realizaban ahora las inversiones necesarias en el acceso a los puertos y la Hidrovía Paraná-Paraguay, en algunos años el país perderá competitividad con puertos de la zona. Fuentes del sector coinciden en el diagnóstico: lo que no se invierte hoy, se pierde mañana. Ergo, Argentina corre riesgo de desprenderse de una verdadera “joya de la abuela”. En paralelo, referentes portuarios ven que Brasil, por ejemplo, crece a gran escala y se convierte en una verdadera amenaza.

En cuanto a la hidrovía, es un tema que desvela a Santa Fe desde hace tiempo. “En el Concejo Federal Hidrovía (CFH) hemos planteado la creación de un órgano de control y regulación de la hidrovía, que va a tener a la provincia como sede, en la ciudad de Rosario”, anunció el entonces gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, hace algunos años en su discurso ante la Asamblea Legislativa. Su interés era que la provincia tome un rol preponderante en el tema.

En ese momento, Santa Fe fue el distrito que más propuestas realizó para que se tengan en cuenta a la hora del armado de un pliego licitatorio para el dragado y balizamiento de la vía navegable troncal. Con Alberto Fernández en la presidencia, el peronismo apostaba por el control estatal de la hidrovía, con la oposición de todo el arco comercial y agropecuario. Ahora, con Javier Milei a la cabeza y un proyecto de privatización de la concesión licitatoria, la provincia sigue manteniendo el interés en la vía y en lograr una silla relevante en la mesa de toma de decisiones.

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Más allá del repaso histórico, con Maximiliano Pullaro en el Gobierno, Santa Fe sigue exigiendo la concreción de obras determinantes en la zona portuaria e insiste con preservar el valor y la importancia del complejo portuario. Los privados del sector saben que, si no invierten, poco a poco serán menos competitivos y reemplazables por otros puertos de la región. El problema, entonces, es visible en Santa Fe. Pero la consecuencia puede afectar a todo el país.