La crisis económica y el impacto en los aumentos en los componentes de la salud, tales como las cuotas de la medicina privada, prepagas y medicamentos, ya tienen un correlato directo en la red de salud municipal en Rosario. Un promedio de entre 700 y 800 personas nuevas ingresaron cada mes desde comienzos del año para atenderse en hospitales y centros de salud públicos, según datos oficiales de la Municipalidad.
Luego del sacudón de la pandemia del Covid-19 y un sistema que estuvo exigido al máximo, la situación económica y social pone en evidencia nuevamente un incremento notable en la cantidad de grupos familiares que se vuelcan a la atención pública, según los datos de la Secretaría de Salud de la ciudad. “Hemos implementado un sistema informático que nos permite monitorear semanalmente los ingresos y egresos del sistema. Desde enero, hemos registrado un promedio mensual de entre 700 y 800 nuevas incorporaciones, cifra que se ha incrementado en los últimos meses", graficó Fernando Vignoni, subsecretario de Salud municipal a Cadena 3 Rosario.
Los barrios donde se ha observado un mayor aumento en la demanda incluyen Alvear, Empalme Graneros, Triángulo, Fontanarrosa y Olímpico, coincidiendo con la apertura de nuevos centros de salud, que han captado población previamente no atendida. Esto implicó “un fortalecimiento de áreas críticas como pediatría, ginecología y atención de patologías crónicas, respondiendo a las necesidades específicas de nuestra comunidad", marcó Vignoni.
Los motivos que se manifiestan, tras el cruce de datos y el trabajo con los equipos en el terreno, pasan por la pérdida de empleo o la imposibilidad de sostener una prepaga, con aumentos que superan largamente el 100% desde diciembre a la fecha. “Son 7400 personas en 5900 grupos familiares que si bien no todos se han atendido, sí abrieron sus historias clínicas”, añadió el funcionario. En tanto, las consultas mayoritariamente son pediátricas -con un 40% del total-, principalmente por controles de salud, mientras que también predominan las patologías estacionales: por dengue en un verano que estuvo signado por un brote muy marcado, y por patologías respiratorias en el último mes.
En cuanto al panorama sobre el sistema en sí, el subsecretario advirtió que “no se está exento de la situación que vive el país”. “Hemos atravesado todo el incremento de costos, que en salud estuvo casi un 100% por encima de la inflación”, reconoció y cuntó del proceso de transición en los primeros meses tras los cambios de gobiernos, sobre todo en lo nacional: “Nos vimos afectados en relación a los mecanismos de compra y a cuestiones que venían de otras instancias del Estado que por distintos motivos se fueron revisando y cambiando el dispositivo, donde nosotros nos habíamos obligado como municipio a tener que afrontar eso para no interrumpir tratamientos a los pacientes. Sobre todo medicamentos de alto costo, oncológicos y algunos programas nacionales”.
Del análisis de los datos hecho por el municipio se desprende también que mayoritariamente las personas que comenzaron a atenderse en efectores públicos provienen en un gran número por aquellos que anteriormente tenían obras sociales de la construcción o empleados de comercio, rubros de los más populosos en el entramado laboral rosarino.
¿Cómo responder a este aumento en la demanda? “Venimos reasignando cargos en función del territorio y de las prioridades desde diciembre hasta acá -explicó Vignoni-. Hay una operación más estable con quien tiene su médico de cabecera y está en seguimiento, y en otros lugares vamos analizando si se tiene que reforzar un recurso o viendo qué personas tienen obra social y pueden atenderse en otro lado”. Y ejemplificó: “Estamos analizando el registro de personas con PAMI y acompañando el proceso de vinculación de los pacientes”.
Sobre lo que pueda pasar de ahora en más, Vignoni planteó: “Puede que se estabilice, porque nosotros ya tenemos un universo muy amplio captado (son 330.000 personas en todo el sistema), entonces también es probable que ese número se amesete rápidamente”. Sin embargo, destacó que mientras tanto se analiza cómo optimizar funciones y cargos ante el incremento en las consultas diarias.
Por último, el funcionario destaca el diálogo con la gestión provincial. “El diálogo es fluido y mantenemos reuniones sistemáticas. Vemos en relación a dónde está el crecimiento y en algunos barrios trabajamos de manera conjunta en función de estos nuevos diagnósticos, pasamos historias clínicas y cruzamos nuevos datos. Venimos trabajando en un espacio quincenal analizando estas cuestiones”, concluyó.
