Tragedia del Piper: la antena ya había provocado accidentes

En el marco del juicio por la tragedia del avión Piper Navajo, ocurrido el 8 de mayo de 2005, declaró el miércoles un ingeniero electrónico, quien dijo que no era la primera vez que ocurría un accidente de este tipo.

Tres acusados están sentados en el banquillo en el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba, imputados por “homicidio culposo por inobservancia de los reglamentos o deberes a su cargo, agravado por la pluralidad de víctimas, en concurso real con lesiones culposas, agravadas por la pluralidad de víctimas”.

Se trata del comodoro de la Fuerza Aérea Hugo Eduardo Argañaraz (62), en esa época jefe del Aeropuerto Internacional Córdoba; Edgardo Gabriel Mazzieri (45), quien era observador de superficie de la estación meteorológica, y Adolfo Apesseche (68), por ese entonces administrador de la firma Aeropuertos Argentina 2000 SA.

El avión Piper Navajo se estrelló a metros del aeropuerto Ambrosio Taravella, en la capital cordobesa, y dejó un saldo de seis muertos y tres heridos.

Carlos Alberto Vaca, ingeniero electrónico y asistente técnico en los equipos de navegación por instrumento, confirmó que la antena que provocó el accidente ya había ocasionado problemas similares.

El fiscal federal Maximiliano Hairabedian dijo a Cadena 3: “Para la fiscalía fue importante porque declaró un técnico que prestaba servicio en los equipos del aeropuerto y aportó como detalle interesante para el juicio, y que tiene que ver con la imputación, que con la antena que protagonizó el accidente antes ya habían existido episodios, aviones que la rozaban o la tocaban”.

“Todo indica que existían antecedentes, incidentes con esa antena que seguía estando en las mismas condiciones cuando sucede esta tragedia”, agregó

La aeronave trasladaba a integrantes del equipo de competición de autos Toyota desde la ciudad de San Juan. Fallecieron el corredor Nicolás Vuyovich; el piloto del piper Daniel Reynoso; el copiloto Mario Corti (jefe del equipo Toyota); Gustavo Ramonda; su hijo David, de 6 años, y su socio Hugo Suárez.

Sobrevivieron el periodista Rodolfo Butta, el fotógrafo Fabricio Nicollier y Joaquín Palacios, de 14, sobrino de Ramonda.

Informe de Francisco Centeno.