Enfermeras de neo: sostener cuando hay diagnóstico especial

"Acá hay empatía, no diferencias", afirma Adriana a Diversidad, al mismo tiempo que pone el foco en el lazo que se crea con las familias.

“Nuestra profesión está basada en el cuidado, asistencia y el acompañamiento de los padres durante la internación en las distintas áreas, UTI, cuidados intermedios o la recepción del recién nacido”, explicó.

“Las Enfermeras de Neonatología y pediatría, somos el eje principal, con otras disciplinas, para la atención y cuidados con niños con distintas discapacidades. El principal objetivo es el acompañamiento y la educación a los familiares”, agregó.

Uno está al cuidado de la vida

"El rol de la enfermera de la neo es la empatía, trabajar con la madre, acompañarla, enseñarlas ser parte de su vínculo con el neonato hasta que le dan el alta. Uno hace un vínculo inexplicable", sostiene.

Adriana asegura que una de sus funciones es acompañar en medio de los miedos que tienen las mamás, sobre todo cuando el diagnóstico del bebé es distinto y conlleva una discapacidad.

Entre sus casos más emblemáticos, recuerda un día de mucho trabajo en el hospital, cuando nacieron gemelos. "Cuando voy a tomar el que estaba más al fondo, era una downsina preciosa", describió.

"Siempre me pasan cosas así con pacientes con síndrome de down o que tengan alguna patología. Son los que más trabajo nos dan, pero salimos a flote junto con la familia", subraya.

Para Adriana en su trabajo a diario no hay diferencias con los bebés: "Se los trata a todos con el miso amor".

"No hay diferencias para nada, son todos bebecitos iguales y el mejor regalo es cuando les damos de alta", concluye.

Adriana fue también la enfermera de Alma, la hija de Flavia Irós