Cuando el futuro se juega en un pastizal

Guillermo López

En la Cámara de Diputados se aprobaron esta semana dos proyectos de alto impacto político y económico: el "impuesto a la riqueza" y la "Ley del Fuego", que establece la prohibición para utilizar con fines productivos terrenos quemados.

El dato político ya fue largamente tratado: ambos iniciativas llevan la autoría de Máximo Kirchner, el hijo del matrimonio presidencial y actual legislador nacional por la provincia de Buenos Aires.

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Lo mismo ocurre sobre el estruendo económico que puedan tener la implicancia del "aporte solidario" de las grandes fortunas patrimoniales.

Pero vale remarcar las consecuencias sobre la "ley del fuego", poco comentadas hasta ahora.

El impedimento rige por 60 años -si se trata de bosques nativos- o de 30 años, si son pastizales. De esta manera, un productor de cabras del norte cordobés cuyo terreno fue arrasado por las llamas que comenzaron a 40 kilómetros de su emprendimiento deberá esperar 30 años para retomar su actividad.

Sin embargo, los pastos altos en un terreno no son problema solo para zonas en las que hoy solo hay cenizas. Es más, ya ni es necesario que un foco ígneo las arrase ni que una ley determine el "uso de suelo".

Fernando Chiqué explicó el viernes a Cadena 3 que seis meses después de la muerte de su padre, en febrero de este año, un grupo de personas había usurpado el lote de seis hectáreas de propiedad familiar.

El hecho ocurrió en Escobar, provincia de Buenos Aires; y después de comprobar el dominio catastral del lote, el pago de impuestos de los mismos y de pasar por una instancia de mediación (en la que los propios usurpadores ofrecieron al dueño comprarle las tierras), un fiscal ordenó el desalojo.

Pero el juez Luciano Marino lo rechazó, argumentando que el terreno tenía el pasto muy alto.

Por estos días, el futuro de Argentina anda jugándose en un pastizal.