Día de mensajes cruzados

Julio Perotti

Dice Cristina en Twitter. “Con el mismo amor de siempre a nuestro país y a nuestra historia, aún en momentos tan difíciles para nuestro pueblo, hoy más que nunca! Viva la Patria argentinos y argentinas!”.

Dice Alberto Fernández, en una segura alusión a Cristina: “A los compañeros que duden, los hechos les van a demostrar que estaban equivocados”.

Y dice el tercer socio del resquebrajado Frente de Todos, Sergio Massa: Hay que “trabajar unidos y en equipo, sin mezquindades, sin miradas chiquititas”.

Son palabras al viento porque las diferencias entre AF y CFK ya parecen irreconciliables.

En cambio, sonó fuerte el mensaje del arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, ante el propio Alberto Fernández en el tedeum.

Allí habló de “tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos” y puso énfasis en la importancia del diálogo.

“El pan falta para tantas familias”, dijo Poli.

¿Habrán tomado nota los políticos?

Tiene que ver con esta descripción de la realidad social lo que parece separar tanto a Alberto y Cristina.

Alberto no se desvía un centímetro del acuerdo con el FMI y que por eso banca a Martín Guzmán.

Pero Cristina considera que esa política es de ajuste.

Por ende, tiene grandes riesgos sociales y llevaría, según esa hipótesis, a una derrota segura en las elecciones.

La unidad, como la reclama Massa, es una condición necesaria pero no suficiente para no llegar perdidosos a las elecciones.

Ya sabemos que el bolsillo es el órgano más sensible y es el que determina el voto.

Cristina seguramente leyó el planteo de Alejandro Vanoli, expresidente del Banco Central, sobre la relación importante entre voto y situación económica.

Con inflación en baja o con la economía en crecimiento, el oficialismo de turno ganó las elecciones de 1985, 1991,1993, 2003, 2005,2007,2011 y 2017.

En cambio, por el deterioro económico, ganó la oposición en 1987, 1989, 1999, 2001, 2009, 2013 y 2019.

¿Qué tiene en carpeta Alberto?

Un nuevo slogan “Primero la gente” para reemplazar a “Argentina unida”.

(A los cordobeses Primero la gente nos suena familiar. Es la fuerza de Sebastián García Diaz, ahora en Juntos por el Cambio).

En términos políticos, quiere cerrar filas con los sectores más ortodoxos del Partido Justicialista, con los gobernadores peronistas y con los intendentes del Conurbano bonaerense.

Ahora, si la economía no mejora, estos muchachos actuarán como buenos peronistas: acompañan hasta la puerta del cementerio, pero no entran.