El Cuervo que adelanta el futuro

Julio Perotti

Listo. Cerrame la cuatro.

Cristina va a ser la candidata.

¿Cómo dijo el filósofo inclusivo Axel Kicillof?

“Tiene cuatro patas, cola y ladra, es perro…”

Efectivamente, todo lleva a confirmar lo que decíamos la semana pasada, que esta jugada de CFK acechando a su fallido experimento, Alberto Fernández, tenía un objetivo más allá: volver en 2023.

Ya no es especulación.

Uno de sus más fieles escuderos, Andrés “el Cuervo” Larroque, lo puso muy clarito:

Primera definición. “La fase moderada está agotada”. O sea, el ciclo de Alberto está cerrado y no tiene futuro, por más que él proclame que va a probar en las PASO ir por la reelección.

Nada le dura: la estrella de Daniel Scioli como ministro de Desarrollo Productivo se apagó apenas asumió.

Un Presidente al que lo aplauden cada vez menos cuando dice: “Ah, pero Macri”.

Aunque Alberto, como lo hizo en La Rioja, dibuja una Argentina con cifras que, según él, nunca antes se vieron, para el cristinismo, AF ya fue, aunque antes le exige que se desprenda del ministro de Economía, Martín Guzmán, y que tome medidas para recuperar el salario.

Es complicado pensar un año y medio de un presidente con un ministro impuesto por Cristina y La Cámpora, salvo que quiera ocupar un papel protocolar.

Segunda definición. Cristina es la única que puede “recuperar la esperanza”. O sea, “el Cuervo” fue más allá y puso hasta el eslogan de campaña.

El gesto de condescendencia que tuvo “el Cuervo” al reconocer el gesto de AF de visitar a Milagro Sala, fue fugaz.

Hoy volvió con todo y confirmó lo que ya se veía venir. Que los gobernadores juntos eran funcionales a Cristina. Y que mostrarse con los economistas de distinto palo no era sólo para saber qué opinaban, sino para maquillar su imagen de todopoderosa por una mujer de mente abierta.

Tenía cuatro patas, cola y ladraba…

El general Perón decía que cuando los peronistas se peleaban, era como los gatos: se estaban reproduciendo.

No parece que hoy estaría acertado.

Ni qué hablar de que para recordarlo, en el aniversario de su muerte, este 1 de julio, habrá dos actos.

Alberto estará este viernes en un encuentro armado pro el sindicalismo más ortodoxo. Pero los gremialistas, tipos bichos, están llamando a gobernadores y dirigentes para evitar que se interprete como un aval a Alberto.

Ellos también le temen a Cristina.

Y Cristina va a estar el sábado en un acto, por el mismo motivo en Ensenada. Lo hizo correr un día.

Entonces, habrá dos fotos: Alberto con los dirigentes y ella con la gente.

Y como siempre, ella se quedará con la última palabra.