“Mirá –señala el hombre con sus dos brazos el norte y el oeste-, toda la Olmos cortada y también la Chacabuco hasta Illia. ¿No era que no se podía cortar más todo completo en el Centro”, le preguntaba el dueño de un bar a un quiosquero. Ambos con locales sobre avenida Maipú, entre 25 de mayo y Olmos.
El interrogado solo atinó a levantar los hombros y poner cara de resignación. Ningún auto circulaba por el lugar, mostrando un inusual vacío visual y auditivo. Ocurrió el martes de esta semana pasado el mediodía.
Mientras ambos conversaban –yo caminaba por casualidad junto a ellos- un gran cartel del Movimiento Socialista de los Trabajadores sostenido por dos militantes cruzaba frente al bar Bon Q’ Bon, unos metros más delante del ocasional diálogo.
Detrás venían integrantes del Sindicato de Empleados Públicos (SEP) con sus banderas blancas y el logo azul. Apoyaban a la marcha de los docentes nucleados en Uepc y Sadop que ese día concretaron una nueva huelga en Córdoba para reclamarle mejores salarios al gobernador Martín Llaryora.
Mientras caminaba me quedé pensando en la pregunta ¿Era válida? ¿Por qué dijo “en el Centro”? ¿En otros barrios de la ciudad se podía y en ese lugar no?
Recordé –varios minutos más tarde, soy un periodista mediocre- que hace poco más de un año, el juez de Control Juan Manuel Fernández López, había resuelto a favor la presentación de un Habeas Corpus hecha por el Centro Vecinal para que se terminen los cortes. Al día siguiente fui a buscar el fallo.
Los vecinos habían señalado en su presentación que quienes residen, trabajan y circulan por ese sector “son víctimas de agrupaciones que se han apropiado del espacio público para realizar todo tipo de reclamos, repudios y manifestaciones grupales”.
“Las autoridades competentes deben hacer cesar toda situación de restricción de la libertad que se verifica en el ejercicio abusivo de las protestas sociales y arbitrar todos los medios que otorga el monopolio estatal del uso de la fuerza pública para desplegar eficientemente el accionar preventivo de las fuerzas policiales con el objetivo de impedir ilegalidades tales como acampes en plena vía pública, cortes completos de calles, sin siquiera el respeto a la media calzada y corredor sanitario”, enfatizó el magistrado en aquella polémica resolución.
La inquietud del comerciante tenía de trasfondo el rol de la institución primaria a la que él mismo tiene acceso: el Centro Vecinal. Su presidente, David Boffa, había tenido un raid mediático intenso en aquel momento de la resonante presentación judicial.
Lo mismo el letrado que la redactó, Eduardo Bittar Nazario, ganador en las recientes elecciones que se realizaron en el muy influyente Colegio de Abogados de Córdoba y quien –hablando de reclamos laborales- hace pocos días viajó a Ginebra, Suiza, junto a Juan Manuel Cid a la 112a Conferencia Anual de la OIT.
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“Tratamos de ser el nexo entre las autoridades y los reclamos de los vecinos”, dijo Boffa el jueves en la inauguración del nuevo local del Centro Vecinal de Barrio Centro, en la que estuvieron presentes Javier Pretto, vicenintendente, Héctor “Pichi” Campana, secretario de Fortalecimiento Vecinal y Deportes (y exjefe de campaña electoral del actual intendente Daniel Passerini) y el director de la Dirección de Centros Vecinales de la Secretaría de Política Social, Inclusión y Convivencia de la Municipalidad de Córdoba, Adrián Brito
Con todo, averigüe si había presentaciones hechas por los cortes totales en el Centro en lo que va del año. Ni una. Entonces le trasladé a Boffa la inquietud del comerciante. ¿El corte del martes alteró la tranquilidad pública? ¿Ahora se pueden cortar por completo las principales avenidas del barrio y el Centro Vecinal no reclamará? ¿El Hábeas Corpus colectivo sigue activo?
“Lo que hacemos es tratar siempre de mantener en contacto con los fiscales y ver qué tipo de corte es. El de esta semana fue un corte que duró poco tiempo y en ese tratamos de ser flexibles, y en estos casos preferimos buscar la salida por el diálogo”, respondió.
Y añadió: “Otra cosa es lo que hacía el Polo Obrero que ponía carpas por dos días y de hecho desde que presentamos el Habeas Corpues eso no se hizo más”, se vanaglorió.
Así las cosas, una pregunta ocasional y captada de manera ocasional era un buen motivo para recordar que ser periodista (insisto: en mi caso mediocre) también es “tratar de ser el nexo entre las autoridades y las dudas de los vecinos”.
