En busca de un milagro

Julio Perotti

¿Visitar a Milagro Sala era el gesto de autoridad que los argentinos esperaban del Presidente?

Listemos los problemas de los habitantes de a pie de este país: inflación y más pobreza, falta de gasoil y, por ende, falta de alimentos en los supermercados y de insumos en muchos sectores industriales, dólar imparable.

Y cada día se suma algo más…

A esa carga, que se refleja en desconfianza y desazón, se suma el espectáculo que ofrecen Alberto Fernández y Cristina Fernández, que lo jaquea en cuanto pueda.

Pero lejos de tomar el toro por las astas, el desconcertado Alberto no va a una reunión de gabinete, de su gabinete, al que faltan siete ministros.

Y se toma un avión para ir a visitar a Milagro Sala.

Cada quien tiene el derecho a simpatizar con quien quiera.

Para él, Milagro Sala es una luchadora por los desposeídos.

Contra lo que piensan miles de jujeños que han sufrido los aprietes de esta líder de un grupo faccioso y violento.

Milagro Sala fue condenada por la Justicia jujeña. Es cierto que espera un fallo de la Corte.

En lugar de hacerse el bravucón, si considera que hay denegación de Justicia en Jujuy, el Presidente podría presentar al Congreso un proyecto para intervenir el Poder Judicial y hasta la provincia que hoy gobierna Gerardo Morales.

Pero como lo quiere es, en definitiva, quedar bien con Cristina y tratar de que levante el asedio contra su gestión, va y dice que habla “como hombre de derecho”.

Y sobre esto hay que hacer dos observaciones:

Primero, que no puede esquivar que es el presidente las 24 horas. Como con la fiestita de Olivos.

Segundo, como hombre de derecho debería saber que hay independencia de poderes y que, en consecuencia, no le corresponde pronunciarse sobre las acciones de otro poder.

Que nadie se ilusione. En su agenda no están los problemas de los argentinos. Están los de él y los de nadie más. Por eso, anda desesperado en busca un milagro.