La Justicia: de pasarse las preguntas en un examen a copiar en un examen

Adrián Simioni

Hoy abordamos un tema que sacude los cimientos de la Justicia en Córdoba. Un escándalo se desató cuando se reveló que cuatro empleadas del Poder Judicial, vinculadas a un defensor oficial, recibieron de antemano las preguntas de un examen que debían rendir. Este examen, además, era supervisado por el mismo defensor con el que trabajaban. La situación generó un revuelo en los pasillos del Poder Judicial, donde muchos intentan minimizar el asunto, tratando de que la investigación se limite a un ámbito administrativo.

Sin embargo, ante la presión, los responsables se ven obligados a presentar una denuncia penal. A pesar de la gravedad del asunto, es importante reconocer que la Justicia finalmente decide investigar el caso. Este es un primer paso, aunque tardío, hacia la rendición de cuentas y la posible sanción de los responsables.

Pero el escándalo no termina ahí. La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia denuncia irregularidades en los exámenes de aspirantes a jueces en Buenos Aires. De 27 postulantes, siete son acusados de plagio en sus respuestas. La situación es alarmante: copian prácticamente al pie de la letra un fallo conocido, sin citar la fuente, como si fuera de su propia autoría. Este tipo de comportamiento no se puede tomar a la ligera, especialmente cuando se trata de personas que están en camino de convertirse en jueces.

La gravedad de la situación radica en que estos aspirantes, que deberían ser ejemplos de integridad y honorabilidad, parecen comportarse como estudiantes de secundaria que copian en un examen. Este hecho alimenta los prejuicios sobre la Justicia y pone en duda la capacidad de quienes tienen la responsabilidad de dirimir casos cruciales para la vida de las personas. Si estos son los futuros jueces, ¿qué podemos esperar de ellos?

La honorabilidad es una condición fundamental para quienes integran el sistema judicial. La sociedad confía en ellos para decidir sobre asuntos que pueden afectar profundamente nuestras vidas. Sin embargo, cuando se evidencia una falta de ética y responsabilidad, como la que estamos presenciando, la confianza se ve gravemente comprometida. Es hora de que la Justicia se replantee sus procedimientos y la formación de quienes aspiran a ocupar un lugar en ella.