Los credos políticos del kirchnerismo: las razones de CFK

Julio Perotti

Obra en cuatro actos, con final abierto.

Primer acto. CFK exige que el manejo de los planes sociales esté en manos del Estado y no de las organizaciones piqueteras

Segundo acto. AF defiende a las organizaciones piquetes y dice que el reclamo de CFK es injusto.

Tercer acto. CFK anda buscando consejos sobre cómo se hace.

Cuarto acto. AF manda a Gabriela Cerutti a decir que no van a traspasar los planes a los intendentes y los gobernadores.

¿Cómo se llama la obra?

CFK no se rinde

PRIMERA ACLARACIÓN

Todo lo que digamos de ahora en más no debe entenderse bajo ningún punto de vista una defensa de organizaciones piqueteras ni partidos que medran con las necesidades de la gente y lucran con los planes sociales.

Movimiento Evita, Partido Obrero, Barrios de Pie, Unidad Piquetera mueven recursos como nadie en la Argentina.

Basta ver, en cualquier protesta, a los que cobran planes asistir obligatoriamente, si no, los pierden.

Para tomar dimensión, el Movimiento Evita es la organización que más planes maneja: entre 100.000 y 150.000.

SEGUNDA ACLARACIÓN

Traspasar planes deja al Ministerio de Desarrollo Social, que maneja Juan Zabaleta, y por ende al Gobierno, sin una herramienta de acción política.

Aunque también ese gasto le va a significar un dolor de cabeza, cuando mucho a fin de año, época de examen con el FMI.

Un ejemplo. Hasta ahora el Potenciar Trabajo le demandó al Estado casi 150.000 millones de pesos.

Eso es el 70 por ciento de los 227.100 millones presupuestados para todo el año.

O sea, no va a alcanzar la plata. Y si emiten plata, contra lo que opina CFK, se les complica el déficit.

Vamos al fondo de la cuestión.

Los movimientos sociales emergieron fuerte durante la presidencia de Néstor Kirchner, que no quería quedar pegado al poder territorial de los jefes locales, en particular los del Conurbano, que respondían muchos a Eduardo Duhalde.

Entonces, ¿por qué Cristina quiere romper con las organizaciones piqueteras, muchas de ellas que mantienen abiertos vasos comunicantes con el kirchnerismo?

Tal vez sea porque el cristinismo nota que ahora perdió el control de la calle y se quedó apenas con marchas simbólicas sólo en fechas especiales.

Y porque ve al piqueterismo demasiado cerca de Alberto.

¿Por qué querría pasar ese manejo a intendentes y gobernadores y no dejarlo en el poder central?

Porque claramente esto ayudaría a que los caciques del conurbano y del interior se subordinen a quien maneja la lapicera con que se firman los cheques.

De lo contario, los intendentes van a ver complicada sus propias gestiones con recursos que les retacearán y con los reclamos a ellos.

Además, este cambio se enfocaría en la defensa del territorio.

Más si es el Conurbano bonaerense, un refugio para Cristina y su gente, que lo tienen a Máximo como jefe del Partido Justicialista y al Tupac Amaru del lenguaje español, Axel Kicillof, en la gobernación.

En definitiva, calle, dinero, subordinación irrestricta y territorio, que son los motores centrales de militancia según el credo kirchnerista.