Massa, ¿el pacificador?

Julio Perotti

Podrían ser reuniones protocolares. Pero no.

Sergio Massa estuvo este miércoles con Cristina Kirchner en el Senado y después fue a ver al presidente Alberto Fernández a la Casa Rosada, donde comieron juntos

Estos encuentros adquieren importancia en un contexto como el actual, con fuerte tensión en el frente de gobierno.

Los dos Fernández no se hablan desde hace meses y el kirchnerismo duro envía fuertes mensajes contra la Casa Rosada.

Las rispideces se agravaron desde que el kirchnerismo tomó distancia del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ahora, quienes están con la vicepresidenta, como Andrés “Cuervo” Larroque, mano derecha de Máximo Kirchner en La Cámpora, se muestran día a día más duros.

¿Qué quiere el cristinismo? Simplemente, hacerse del control del Gobierno. Esto está claro.

Y el primer paso es echar al ministro de Economía, Martín Guzmán, a la cabeza.

Ahora bien, hay dos preguntas centrales:

La primera es quiénes son las figuras de peso que puede tener La Cámpora y el cristinismo para tomar el timón del barco.

Y la segunda es si Alberto está dispuesto a ser un presidente simbólico.

Pero en la Rosada resisten.

“Este es un gran gobierno y al que no le guste que se vaya…”.

Esta fue la advertencia del jefe de Gabinete, Juan Manzur, alineado con el Presidente, durante el encuentro de ministros de esta mañana

Y eso que Manzur había pedido no darle importancia a la interna.

Sólo queda esperar si las gestiones de Massa tienen algún éxito. No parece para nada fácil.