Milei y Victoria: al final saltó la vieja zanja entre liberales y nacionalistas

Adrián Simioni

El cantito racista y homofóbico de Enzo Fernández no para de sonar. Es como que sigue haciendo eco. Primero un funcionario de Milei sugirió que Messi y Chiqui Tapia debían pedir disculpas. Y entonces Javier Milei lo echó del gobierno, con el argumento de que ni el gobierno ni el Estado tienen ningún tipo de atribución para decirle a nadie qué puede decir y qué no. Típico de los liberales.

Entonces salió detrás la vicepresidenta, Victoria Villarruel, con un respaldo a Enzo Fernández. No pierde oportunidad de diferenciarse de Milei. Pero metió la cuchara más allá. “Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros. Argentina se hizo con el sudor y el coraje de los indios, los europeos, los criollos y los negros Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. ¡Viva la Argentinidad”. O sea, muy lejos de Milei, mezcló todo: ciudadanos, personas privadas, opiniones personales, con los Estados; como si los individuos fueran representantes del Estado. Típico de los nacionalistas.

La saga continuó. El Estado francés no se debe haber ni enterado. Pero los hermanos Milei aprovecharon para exagerar y marcarle la cancha a Villarruel. Karina Milei fue a la embajada francesa a ofrecer unas disculpas que nadie le había pedido. Se reunió con el embajador Romain Nadal para disculparse por la acusación de “colonialista” de Villarruel. Ni siquiera le corresponde hacerlo a Karina Milei. Para eso hay una canciller, Diana Mondino. Dicho sea de paso, Karina no fue a la embajada china a pedir disculpas cuando Mondino dijo que todos los chinos son iguales. Ni fue a las de Brasil, España, Venezuela o Bolivia cuando Milei destrató a las autoridades de esos países.

Exagera la Casa Rosada. Por lo bajo dicen que “Karina logró desactivar el conflicto”. Una pavada. No había conflicto. Es solo para vestir de seda a la hermana del presidente.

Escaramuzas incomprensibles y superficiales para los tiempos que se viven en la Argentina.

Sin embargo, por debajo corre algo más de fondo: la vieja grieta entre liberales y nacionalistas, una zanja ideológica que divide a los Milei y a los Villarruel aliados en la Libertad Avanza. Unos, del lado de la libertad individual; otros, del lado de la subordinación del individuo a la Nación. Liberales versus nacionalistas. Como si hubiéramos retrasado los relojes más de un siglo.