Se fue el más campeón y canayón

Marcelo Lamberti

Es difícil magnificar, cuantificar quién fue Omar Arnaldo Palma para aquellos que vaya a saber por qué no lo han conocido y no toman magnitud de la persona que estamos hablando. Omar Arnaldo Palma, nacido en Campo Largo, Chaco, muy joven, vino aquí a Rosario desde los 10 años en las divisiones inferiores, en una época en donde en inferiores se terminaba de modelar a los futbolistas pero acaso no había el grado de conocimiento para perfeccionar los talentos como pueden existir en el día de hoy. 

El "Negro" Palma, dicho por aquellos que han caminado y que caminan, los lugares donde forma Central sus futbolistas es de los que más talento natural, de los que más técnica, de los que más entendimiento de fútbol ha tenido a lo largo de la historia. 

Nunca se destacó por ser un futbolista que, a lo mejor por estos días, tanto se mira el tema de la parte física, el tema de correr, el tema de los test de Cooper, el tema de los drones, no, no, no. 

Lo de Palma era talento, lo de Palma era ver más allá de lo que veía cualquier jugador de fútbol. Lo de Palma era ese futbolista con un físico difícilmente adaptable a la magnitud de jugador que el Negro Palma fue. 

Llevó a Central a una de sus épocas más gloriosas que ha tenido, eternamente recordado por todos sus compañeros, eternamente recordado por todos los hinchas que desde la tribuna veían una persona chiquitita, negrito, dicho con cariño, que tenía la gran capacidad de jugar a otra cosa. 

Palma veía en la cancha cosas que el común de los futbolistas no veía. Tuvo un paso por River exitoso, tuvo un paso también por el fútbol mexicano, pero la historia, su historia, siempre la iba a escribir aquí en Rosario Central. Al final de su carrera trabajó en inferiores, fue técnico de la Primera, pero básicamente fue alguien con un gran sentido de pertenencia. 

No necesitó utilizar jamás una red social ni tampoco prometer cosas que después iba a cumplir o no para demostrar el gran amor con todas las letras. Palma amaba a Central, ese amor que lo llevaba en sus últimos días, en sus últimas horas, a seguir compartiendo tiempo para mirar el futuro, los pibes, las divisiones inferiores, para hablar con todos los que forman parte. 

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El "Negro" Omar Arnaldo Palma ha sido en la historia de Rosario Central quien lo condujo a una época más gloriosa y con quien más se ha sentido identificado la gente. 

La camiseta número 10, la Le Coq, ha sido en la historia de Central la más vendida. Como dicen en la tribuna, nunca necesitó vender humo, siempre jugó, siempre jugó. Ojalá o difícilmente las divisiones inferiores de Rosario Central puedan volver a formar, puedan volver a dar un futbolista dueño de un talento único, alguien que juegue a otra cosa y que básicamente se lo pueda sentir plenamente identificado con el club. Porque la diferencia de Palma con otros tantos es que Palma amaba a Central, Palma era parte, su vida, su vida sin Central difícilmente hubiese tenido sentido. 

Lamentablemente se fue temprano, pero va a estar en el recuerdo de todos los amantes del fútbol, está en la historia de Rosario Central y todos los que hemos tenido algún tipo de contacto, lo hemos visto, seremos los encargados para que el recuerdo jamás se apague.