Vuela, vuela

Julio Perotti

Los vaivenes de la política exterior argentina no dejan de sorprender y provocar enojos (e ironías) en otros países.

Todo esto ocurrió en el contexto de la Cumbre de las Américas que se celebra en Los Ángeles.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de quien Alberto Fernández se dice amigo, está molesto por las idas y vueltas de la diplomacia argentina, a punto que no fue al encuentro y mandó a su canciller.

Expliquemos el enojo: López Obrador está en contra la exclusión de los países considerados “no democráticos” por Estados Unidos, como Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Esta postura finalmente fue sólo avalada por Bolivia y Honduras.

Aunque en un principio Alberto Fernández también lo hizo, después de una llamada telefónica de Joe Biden cambió de opinión.

Hoy, López Obrador estuvo muy irónico. A punto tal que ofreció venderle a Fernández su avión presidencial.

Hasta allí, nada raro. Podría ser una operación comercial más.

Pero la situación fue más a fondo: muy generoso, López Obrador le ofreció pagarlo en cómodas cuotas porque la Argentina no tiene dólares.

En algo López Obrador tiene razón.

Alberto no vuela en aviones de línea, como el mismo López Obrador, o alquila una aeronaves más pequeñas.

Como la Presidencia argentina no tiene un avión en condiciones de hacer viajes largos, usa uno de Aerolíneas.

Doblemente caro porque al costo del viaje hay que sumarle que esa aeronave no puede ser usada con fines comerciales.

Detalle final: en 2021 Aerolíneas recibió aportes del Estados nacional por 650 millones de dólares.

Somos pobres y gastamos mal. Esa es la conclusión que escuchamos de boca de gente que, incluso, es de afuera.