¿Es beneficioso que los presos trabajen?

Fernando Genesir

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, presentó recientemente: el programa denominado "Manos a la obra". Este programa busca que los presos trabajen ocho horas al día dentro de las cárceles federales del país. La propuesta generó un intenso debate y, desde mi perspectiva, es una idea que merece ser discutida.

La ministra Bullrich, durante la presentación en la cárcel de Ezeiza, dejó claro que la intención es la reinserción de los detenidos, pero no desde la comodidad. El programa tiene como objetivo devolver a la sociedad argentina el daño causado y los recursos que el Estado invierte en el sistema penitenciario. En una primera etapa, se busca impulsar acciones para que los presos adquieran habilidades laborales, lo que podría traducirse en oficios, como parte de una estrategia para su rehabilitación y posterior reinserción social.

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Un aspecto que destaca es el artículo segundo de la norma, que establece la implementación de un sistema biométrico de control de asistencia. Esto significa que no será opcional para los presos trabajar; se les obligará a cumplir con estas ocho horas diarias y se les controlará para asegurar que lo hagan. Una fuente del Ministerio de Seguridad menciona que el objetivo principal es que los detenidos realicen tareas de mantenimiento en los establecimientos penitenciarios.

Además, Bullrich fue contundente al afirmar que, si algún juez invalida la medida, el gobierno está dispuesto a llevar el caso hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Este compromiso resalta la seriedad con la que se toma el programa, aunque también plantea interrogantes sobre la aplicación de la justicia y los derechos de los presos.

Muchos presos consideran que trabajar es un privilegio. Estar encerrado las 24 horas del día sin hacer nada puede ser desalentador, y esta iniciativa podría ofrecerles una manera de aprender nuevas habilidades y hacer que el tiempo transcurra más rápido. Desde mi punto de vista, esta propuesta suma, y es una oportunidad para que los detenidos se preparen para el momento en que recuperen su libertad.

Dejo esta inquietud abierta: ¿es realmente beneficioso que los presos trabajen en este contexto? ¿Qué implicaciones tiene para la sociedad y para ellos mismos?