La política atravesó al deporte paralímpico

Fernando Genesir

Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión sobre un suceso reciente que ha generado bastante revuelo. ¿Se acuerdan de Coty Garrone? Sí, la atleta paralímpica que fue elegida para llevar nuestra bandera en la inauguración de los Juegos Paralímpicos de París 2024. Sin embargo, no es su logro deportivo lo que ha llamado la atención últimamente.

Garrone se convirtió en centro de polémica tras el acto simbólico de despedida a los deportistas argentinos encabezado por el presidente Javier Milei. En este acto se distinguió a los atletas seleccionados para portar la bandera durante la ceremonia inaugural, entre ellos nuestra protagonista. Pero fue después del evento donde las cosas tomaron un giro inesperado.

En su cuenta de Instagram, Garrone publicó una foto dándole la mano al presidente Milei y luego subió un video lavándose esa misma mano. El posteo se viralizó rápidamente generando tanto reproches como felicitaciones para la atleta.

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Ante tal situación, Garrone decidió pedir disculpas públicamente aunque aclarando que todo lo hizo a título personal y quitando toda responsabilidad al Comité Paralímpico Argentino. Aunque hay quienes consideran que esta disculpa se quedó corta.

La reacción ante este hecho ha sido variada y extrema en algunos casos: desde pedirle al Comité Olímpico Argentino que le quite el honor de llevar la bandera hasta solicitar su expulsión del país. A mi parecer, estas medidas sonarían a reprimenda política y solo generarían más discordia en un país ya bastante agrietado por las diferencias políticas.

Este incidente nos lleva a reflexionar sobre algunos aspectos. Primero, ¿cuál es el límite? ¿Es necesario llevar nuestras diferencias al extremo de insultar o menospreciar a aquellos con los que no coincidimos? Garrone representa a Argentina en el ámbito deportivo, no político. Sus logros y su esfuerzo son los que la han llevado hasta donde está ahora, independientemente de su ideología política.

Por otro lado, también nos hace preguntarnos: ¿qué habla más de una persona, sus gestos o sus palabras? En este caso particular, creo firmemente que los gestos de Garrone hablan mucho más de ella misma que del presidente Milei.

Finalmente me pregunto: ¿Podemos aprender a convivir con nuestras diferencias sin necesidad de escrachar o insultar al otro? Espero sinceramente que sí. Porque al final del día todos somos argentinos y debemos representar lo mejor de nosotros mismos tanto dentro como fuera del país.