El Indec informó ayer que la Canasta Básica Total subió 1,7% en junio, con lo cual una familia tipo necesitó $43.811 para no caer en la pobreza.
Y en los últimos 12 meses, el costo de los productos subió 40,7% según los datos oficiales.
Por su parte la Canasta Alimentaria aumentó 0,9% y se necesitaron $18.029 para que una familia no caiga en la indigencia.
Leo de nuevo el monto que se necesita para no ser pobre en Argentina: $43.811 y pienso que es cuatro veces más que los 10.000 pesos que el Estado entrega a millones de argentinos en concepto de IFE, Ingreso Familia de Emergencia.
La otra ayuda del Estado, es el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción, consistente en los dos salarios mínimos, suma $33.750 pesos.
Eso tampoco alcanza para cubrir los $43.811 de la Canasta Básica Total.
Es de esperar que los refuerzos en AUH y en el IFE tengan algún impacto en la contención de la indigencia pero difícilmente en la pobreza.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, consideró que debido a la caída en el nivel de actividad económica, "ha aumentado la pobreza y la desigualdad en Argentina. Es evidente, si bien es difícil hacer encuestas presenciales en este contexto".
Arroyo recordó que en septiembre el Indec va a informar el índice de pobreza de primer semestre del corriente año "y sin dudas va a dar un aumento porque subió el costo de los alimentos y porque mucha gente no solo que no tiene changas y tiene menos ingresos, también está endeudada".
Algunos cálculos hablan de una pobreza cercana al 50% hacia fin de año.
En la primera mitad de este año, la pobreza habría alcanzado al 40/41% de la población urbana. Ese promedio se compone de un 33/35% en el primer trimestre y un 45/47% en el segundo trimestre, según los cálculos de los especialistas sociales y en economía.
Si esos mismos índices se aplicaran a la población total, la pobreza en la actualidad golpea a más de 21 millones de personas.
Ya días atrás, si bien no arriesgó números, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca admitió que, a pesar de las ayudas oficiales a las familias y empresas, "el golpe sobre la economía es muy duro. La pobreza, el desempleo y la destrucción de empresas van a observar datos muy fuertes, de una crisis inédita. Van a empeorar, eso va a suceder, lo decimos con toda claridad”.
El presidente Alberto Fernández aseguró esta semana que los desequilibrios sociales son importantes y una de las prioridades del Gobierno es resolver la situación de los segmentos más vulnerables de la población, que registraron un fuerte impacto por la crisis.
Sería interesante saber cómo.
Abro paréntesis: ayer Miguel Pichetto preguntó "¿dónde están Tinelli, Caparrós y los muchachos que iban a ocuparse del hambre?". Cierro paréntesis.
Sigo con más datos: la Fundación Capital estimó que el salario del sector privado registrado caerá, este año, un 7%. Y que se sumará a la pérdida del 15,2% que había acumulado entre 2018 y 2019. Con lo cual estamos ante un derrumbe del 22% del salario en tres años.
Esa caída es superior entre los trabajadores informales.
A esto hay que agregar los datos de empleo.
No los quiero cansar con números: todos sabemos que ya en abril el empleo registrado sufrió la mayor baja de los últimos 18 años. Y que a eso hay que sumarle los trabajos que se perdieron en mayo y en junio y los que se van a seguir perdiendo.
El economista Emmanuel Álvarez Agis aseguró que la pandemia y sus consecuencias serán peores para la economía argentina que la crisis de 2001 y señaló que en sólo dos meses se perdieron casi 900 mil puestos de trabajo.
Más aún: el ex viceministro de Economía de Cristina dijo que no estamos en el momento de mayor gasto público de la historia argentina y agregó gastaba más Mauricio Macri en 2017 que hoy Alberto Fernández, justo cuando hay un debate sobre la fuerza que tienen los paquetes de ayuda del gobierno.
Como sea, antes de la pandemia, ya nos veníamos preguntando cuál era el plan económico del gobierno para salir de la recesión en la que está el país.
Ahora, con pandemia y cuarentena, nos empezamos a preguntar cuál es plan que diseña el Gobierno para salir de una crisis aún más profunda.
Si Alberto Fernández dice que francamente no cree en los planes económicos, al menos sería interesante que nos diga cuál es el camino para generar confianza, inversión y trabajo.
