Asesinos, serie policial serbia tan impactante como machista

Por María Rosa Beltramo.

Nunca como en esta época el público ha tenido ocasión de acceder a la producción fílmica de países que tradicionalmente estuvieron alejados de los circuitos tradicionales. Son las plataformas de streaming las que lograron el milagro de achicar el mundo e incluir en sus anaqueles virtuales producciones con las que ni siquiera soñábamos cinco años atrás.

Amazon Prime Video, por ejemplo, ofrece “Asesinos” una serie inscripta en lo mejor del policial negro, procedente de Serbia, con actores absolutamente desconocidos por aquí y guionistas que no sabíamos que existían , en el atractivo escenario de los suburbios de Belgrado y los viejos y nuevos puentes sobre el Danubio.

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De factura impecable, con una historia atrapante, la trama gira en torno de Aleksandar Jakovjevic, un policía que se hace cargo de la investigación del asesinato de una adolescente, hija de un empresario de la construcción. Las sospechas apuntan hacia un socio del padre de la víctima pero el oficial está convencido de que el crimen tiene una motivación distinta y, sobre todo, otros autores.

En la mejor tradición del género, Jakovjevic es un tipo de una inteligencia preclara, a prueba del alcohol que consume a toda hora, esté o no de servicio; vive obsesionado con la misteriosa muerte de su padre-policía como él-y mantiene una relación problemática con los mujeres y con sus superiores.

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El tratamiento que reciben los personajes femeninos merece un capítulo aparte. “Asesinos” destila un machismo rancio y profundo. En la historia hay una jefa de policía a la que un ministro arrincona en su propio despacho, trata de zorra y le reclama la adopción de una serie de medidas que la rebajan poco menos que a la categoría de delincuente irredenta.

La fiscal que debe ocuparse de la investigación del homicidio amenaza con pegarle a una bioquímica que integra el equipo forense sólo para apartarla del policía que se disputan a los gritos cual si fueran dos vedettes salidas de la televisión argentina de los 80, en una tira de Porcel y Olmedo.

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Es llamativo y no hay forma de saber si es deliberado el perfil de las mujeres o si la ideología subyacente de los guionistas hizo que las dibujaran así. El caso es, sin embargo, lo bastante atractivo como para que el espectador pueda apartar esas caracterizaciones para avanzar en el tejido de la trama.

O los serbios se quedaron anclados en el siglo XVIII o tienen un manejo de la ironía y el humor incomprensibles para el público habitual de sus producciones televisivas. La madre del protagonista, un personaje clave que esconde un secreto esencial para el desarrollo de la investigación, va de capítulo en capítulo obsesionada con que su hijo, que pasa largamente de los 30, coma sano y se bañe.

La amante lo visita en la casa y cuando le ofrece cocinarle, obtiene por toda respuesta, “no, todavía no eres mi esposa” (sic). “Asesinos” reparte a diestra y siniestra sospechas de corrupción. Cada figura vinculada al gobierno que aparece en la pantalla exhibe un manejo mafioso del poder y la narración evoluciona de una manera que siembra dudas sobre la participación de funcionarios y policías en el crimen.

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Los responsables del argumento se han permitido la inclusión de un personaje que ayuda a descomprimir un relato opresivo con algunos rasgos de humor. Se trata de un preso al que ninguna cerradura se le resiste y que los policías emplean para revisar lugares que les están vedados sin tener que acudir a órdenes judiciales.

La mención del reparto no aporta más que la posibilidad de memorizar algún nombre que tal vez encontremos en alguna otra producción europea, pero vale la pena consignar que en el elenco figuran Vuk Kostic , el protagonista de “Asesinos”Marko Janketic, Tihomor Stanic y Nina Jankovic.

La serie tiene una segunda temporada pero Amazon no ha anunciado todavía cuándo estará disponible.