"Casi muerta" es una efectiva comedia de enredos sobre el miedo a la muerte

Por Francisco Vidal

Opinión: buena

Fernán Mirás, actor de trayectoria, dio su segundo paso como director de cine -tras el drama policial El peso de la ley- con "Casi muerta", una comedia negra de enredos que protagoniza la carismática Natalia Oreiro. 

Oreiro interpreta a María, una joven adulta que se entera que tiene una miocarditis que en un mes le costará la vida. Es por eso que se refugia en su grupo de amigos: Paula -una desopilante Paola Barrientos-, quien buscará que hagan todo lo que no hicieron; Lucas (Ariel Staltari, también se luce) y Javier (Diego Velázquez), otro amigo de la infancia con el que había un amor mutuo que ambos desconocían.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Uno de los problemas es que Javier ya hizo su vida en Montevideo, donde tiene una novia (Violeta Urtizberea). Ahora tiene que apoyar a María y una chispa de amor aparece entre los dos, lo que lo lleva a una catarata interminable de mentiras a María y a su novia. 

Es así que cargadísima de chistes -de tantos algunos fallan, pero la mayoría acertados-, la película de Mirás le quita los tabúes al miedo que se le tiene a la muerte a través del humor, con una protagonista que se toma de la mejor manera que puede lo que le pasa. 

/Inicio Código Embebido//Fin Código Embebido/

La ternura -que se refleja bien en algunos destellos iniciales de una infancia que pasó- aparece junto a la emoción en algunos momentos con los que la película se acerca más a la comedia romántica, costado en el que es algo más predecible.

"Casi muerta" es una adaptación de la comedia vasca "Bypass", aunque Mirás aclaró a Cadena 3 sobre el guion que coescribió junto a Beatriz Carbajales y Rodrigo Vila que es una versión bastante libre que modifica la óptica y se centra más en esta nueva protagonista y lo que le pasa. 

/Inicio Código Embebido//Fin Código Embebido/

Disparatada, con una buena banda sonora que aporta reversiones de clásicos temas de rock nacional, la comedia de Mirás aumenta esta incomodidad con un climax desopilante que llega en la cena de Navidad y que garantiza las carcajadas.