Cómo es el documental de Netflix que con tonada cordobesa desmenuza a Cositorto
"El vendedor de ilusiones: el caso Generación Zoe" llega este jueves a la plataforma de streaming. Tiene un fuerte enclave en Villa María, donde se gestó la estafa que llegó a distintas partes del globo.
22/05/2024 | 14:11Redacción Cadena 3

Opinión: muy bueno
La caída de Leonardo Cositorto y las estafas que se le endilgan detrás Generación Zoe, la inmensa organización que llegó a liderar, fueron la expresión mayúscula de algo cada vez más común en estos tiempos: fraudes que prometen hacerte rico muy fácilmente.
Una profunda exploración de ese mecanismo que tuvo epicentro en la ciudad cordobesa de Villa María y alcanzó a Dubai llega este jueves a Netflix de la mano del documental "El vendedor de ilusiones: el caso Generación Zoe".
El largometraje explica quién es Cositorto, sus orígenes en el coaching y cómo llegó desde ofrecer una comunidad de beneficios de un rendimiento económico sumamente tentador -donde era clave sumar gente nueva al esquema- hasta querer comprar una mina de oro para sustentar una supuesta criptomoneda.
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Con amplio material de archivo -videos caseros, fragmentos de charlas y reuniones virtuales con los "socios"-, la producción hace un repaso didáctico del caso que también tiene entrevistas a damnificados, a la fiscal Juliana Companys -que ya elevó la causa de Villa María- e incluso al propio Cositorto y a su "número dos", Maximiliano Batista, presos en la cárcel de Bouwer.
El film de Matías Gueilburt (director de los aclamados "Los ladrones: La verdadera historia del robo del siglo" y "Vilas: Serás lo que debas ser o no serás nada") detalla en menos de dos horas cómo convencieron a multitudes de poner los ahorros de sus vidas en manos de este "proyecto".
Espejos de colores, promesas de vidas de lujo reflejadas en lo que hacían Cositorto y su socio, sentimiento de comunidad y un relato de profeta -con tintes religiosos muchas veces- que convenza al nivel de sentir que cualquier cuestionamiento es un ataque a ese bienestar a alcanzar. Los propios protagonistas cuentan cómo al final se chocaron con el realismo más aplastante.
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También hay fragmentos actuados que ilustran el auge y la caída de Cositorto y una metáfora potente que acompaña las entrevistas: un parque de diversiones que se viene a menos.
La fiscal cordobesa Companys es una de las principales protagonistas cuando la producción se pone más emocionante y gana en ritmo, después de la mitad. Ella cuenta en primera persona cómo desmenuzaron la apuntada estafa, lo que les llevó desde simular requerir un préstamo a pedir por primera vez una captura internacional a Interpol, para seguir como el gato y el ratón a Cositorto, escondido en República Dominicana.
Los aportes importantes también llegan con el rol de un informático cordobés que lo desmitificaba en Twitter, el relato el primer periodista que lo destapó y del propio acusado de liderar la organización, alguien que se creía una especie de semidiós, soñaba (casi literalmente) con conquistar el continente y todavía se piensa víctima de un sistema que no comprendió su "revolución".