Con Mank, Netflix apuesta a una gran cosecha de Oscars

Con diez nominaciones para el Oscar, una espectacular fotografía en blanco y negro y Gary Oldman con el talento habitual puesto al servicio de un personaje lleno de excesos, Mank, la película que se ocupa del guionista de Ciudadano Kane y del Hollywood de los años 30, parece destinada a una generosa cosecha de premios. Perla preciosa en Netflix, la producción de David Fincher, intentará revalidar los blasones de la plataforma de streaming que apuesta todo a una historia armada para ganar.

Mank es el hombre partido y doméstico de Herman J. Mankiewicz, a quien la película le atribuye la (casi) exclusividad del guion de Ciudadano Kane, un film signado por la poderosa presencia de Orson Welles que acá virtualmente se dedica a presionar al escritor para mantenerlo alejado del alcohol y conseguir que en la soledad de un hotel en el medio de la nada, sea capaz de llegar al punto final en no más de tres meses.

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Mérito grande los que hicieron el casting es la contratación de Gary Oldman, dueño de una ductilidad excepcional que le ha permitido hacer de Churchill (Oscar por Las Hora Más Oscuras), de Beethoven o encarnar a Lee Harvey Oswall, el asesino de Kennedy o a uno de los espías más creíbles de la guerra fría. Cuando Jack Fincher, el padre de David, empezó el guión, su hijo eligió para el rol de Mankiewicz a Kevin Spacey. Por supuesto, las denuncias de acoso contra el protagonista de House of Cards lo obligaron a buscar otro intérprete.

Amanda Seyfried (Marion Davies) está nominada a mejor actriz de reparto, Tom Burke se hace cargo de Orson Welles y el veterano Charles Dance asume el rol de William Randolph Hearst, el magnate periodístico de cuya existencia se ocupa Ciudadano Kane. Por Mank desfilan directores, productores y guionistas de los comienzos de Hollywood. Arliss Howard en el rol de Louis B Mayer tiene un precioso parlamento cuando en una reunión con actores, actrices y técnicos intenta convencerlos de que acepten una rebaja salarial para salvar la actividad cinematográfica en medio de una crisis económica global.

Además de la historia de Hollywood y la actuación poderosa de Gary Oldman, Mank tiene como director de fotografía a Erik Messerschmidt, un nombre con el que vale la pena familiarizarse, porque en su rubro es el principal candidato a alzarse con uno de los premios de la Academia.