Crece el "Monsterverso": cómo es la nueva película que une a Godzilla con Kong

Por Francisco Vidal

Opinión: buena

Godzilla y Kong quieren seguir siendo pasión de multitudes con el estreno de una película que por primera vez los une para enfrentarse a una amenaza superior. 

"Godzilla y Kong: El Nuevo Imperio" llegó a los cines (hubo avant premiere en la Sala Popu de Cines Dino) como secuela del film que los enfrentó y que busca ampliar lo que llaman el "Monsterverso", que se inició con las películas individuales de cada uno de estos íconos de la cultura pop y en el que van apareciendo nuevos "titanes".

Esta vez vemos como estos dos monstruos conviven en paz en la Tierra, siempre que respeten ciertos límites territoriales. El Kaiju japonés ayuda en el combate a titanes que los ejércitos no puede controlar, con el costo de ciudades que se caen a pedazos, mientras que Kong se enfrenta a la soledad de la Isla Calavera.   

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En ese contexto seguimos a la científica Ilene Andrews (Rebecca Hall), que estudia al simio y ahora vive con su hija adoptiva, una preadolescente descendiente de una tribu extinta de la isla que empieza a sentir señales extrañas.

Esos llamados y un comportamiento extraño de Godzilla alertan a la comunidad científica por una posible nueva amenaza que pondría en peligro al planeta y que obligará a los titanes a hacer las paces por un rato.

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El film de Adam Wingard presenta una batalla clásica entre el bien y el mal, que se hace algo tediosa cuando nos vamos a los preparativos humanos (se demora en explicar qué es lo que los amenaza), pero que está muy bien lograda en cuanto a peleas y efectos especiales.

Algunos destellos de comedia -entre muchos chistes poco graciosos-, sobre todo de la mano de un youtuber especialista que tiene la chance de vivir el proceso en primera persona, aparecen en una película que es sumamente predecible pero que no pretende ocultarlo.

Si uno quiere ver a los viejos y nuevos monstruos pelearse en el medio de grandes secuencias de acción, vale la pena una escapada al cine. Mención especial merece el simpático Baby Kong, que se roba la película.