"Desaparecida en Lørenskog": una puesta impecable que no tiene resolución

Por María Rosa Beltramo

No hay espectador que pueda quedar insatisfecho por la presentación de "Desaparecida en Lørenskog", la serie de Netflix que aborda el secuestro de Anne-Elisabeth Hagen, esposa del zar de la energía en noruega y el hombre más rico de ese país.

Tiene buena fotografía y ritmo y es profundamente intrigante. Las primeras imágenes capturan el interés del espectador. Se ven, desenfocadas, las figuras de dos personas que ingresan detrás de una mujer a una  espectacular casa ubicada en los suburbios de Oslo.

Se oyen algunos gritos y se advierte un forcejeo. Inmediatamente después arriba al lugar la policía y tiene lugar lo usual. Recolección de huellas, trabajo detallista de equipos forenses que  dan vuelta todo buscando alguna pista que conduzca a recuperar a la víctima del secuestro.

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De ella no se sabe mucho, pero sí de su marido, Tom Hagen, el zar de la electricidad noruega, un hombre callado , de semblante inescrutable  y escandalosamente rico.

La serie que dirigió Fredrik Horn Akselsen sobre un guión que él mismo escribió, debería servir para relanzar una investigación que sigue abierta, a raíz  de la pormenorizada exposición de los hechos y de la labor de  cada uno de los sectores involucrados.

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"Desaparecida..." tiene cinco episodios dedicados a analizar el desempeño de la policía, la justicia, los periodistas , el marido y el resto de los allegados a la víctima.

Aunque desde estas páginas siempre se plantee como un auténtico desafío  hablar de series y películas sin  revelar ningún detalle que le arruine al espectador el desarrollo de lo que tiene que ver, es casi imprescindible aclarar que, en este caso, el espectador llegará al episodio final sin que se resuelva  el tema principal: qué pasó con Anne-Elisabeth Hagen.

Es que el guión respeta la incógnita que  todavía tienen los noruegos.La policía sigue diciendo que  después de una investigación tan larga y frustrante nadie está en condiciones de  asegurar que la víctima está muerta pero tampoco hay evidencias para sostener que continúa con vida.

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El tema es cómo se encara la investigación y las dudas que siempre se plantean en casos similares: ¿conviene difundir la información?, ¿es necesario guardar silencio para favorecer la situación del secuestrado?, si empiezan a transcurrir los días sin ninguna noticia ¿hay que hacer algo para originar algún movimiento de los captores?

El secuestro ocurrió en octubre de 2018. En el lugar del hecho apareció un pedido de rescate exigiendo 10 millones de dólares en la criptodivisa Monero.La policía le dijo a los familiares  que no lo diera a conocer durante 10 semanas mientras investigaban.

Pasó más de un año  del secuestro cuando la policía pegó una especie de volantazo en la investigación y detuvo a Tom Hagen. El poderoso hombre mantuvo un obstinado silencio.

Había algunos testimonios sobre  la supuesta mala relación de la pareja  y hasta se barajaba la posibilidad de que Anne-Elisabeth haya estado a punto de poner fin a un matrimonio signado por la infelicidad.

Tampoco se llegó a ningún lugar siguiendo esa pista. Apenas si se agregó la hipótesis de que  la mujer se hubiera marchado por su propia voluntad.

En el elenco figuran Hermann Sabado, Glenn André Kaada,Roar Kjølv Jenssen,Kjersti Dalseide y Helene Bjørnebye.

La serie se parece demasiado a un documental y la decisión artística de respetar la realidad provoca, sin dudas en el público una tremenda insatisfacción. A lo sumo, el más arriesgado de los espectadores todo lo que puede hacer es profundizar alguna sospecha.