El film animado que devela lo que es ser mujer en Afganistán

Por Francisco Vidal

El regreso al poder de los talibanes en Afganistán revivió el recuerdo y aumentó temores por las condiciones a las que las mujeres estuvieron sometidas por años bajo su poderío, por seguir al extremo la ley islámica.

La película animada "El pan de la guerra" (2017), que está disponible en Netflix, desentraña esta situación con una historia emotiva y con un tono esperanzador. 

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Entre rostros tapados y miedos, la película cuenta la historia de Parvana, una niña de once años de Kabul curiosa por aprender -algo prohibido- y a quien su padre la complace con sus enseñanzas. 

El hombre, desde una perspectiva comprensiva, desliza su desacuerdo con la opresión a las que están sometidas las mujeres, lo que le costará su detención.

/Inicio Código Embebido//Fin Código Embebido/

Es así que Parvana queda sola junto a su hermana, su madre y su pequeño hermanito, por lo que decide tomar las riendas de la situación: se hace pasar por un varón para poder llevar el pan a la mesa.

Basada en el cuento homónimo best-seller de Deborah Ellis y dirigida por Nora Twomey, estuvo nominada al Oscar como mejor película animada en 2018. Es una producción canadiense-irlandesa que tiene entre sus productores a Angelina Jolie y a Jordan Peele.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Parvana es una preadolescente tierna, valiente y sobre todo convencida. Esa voluntad la muestra en toda la película, la de alguien que es capaz de hacer lo que sea ante la desesperación.

La producción desnuda desde la óptica de la niña los contrastes entre ser varón y mujer en ese tipo de regímenes. Pero todo es en el marco de una historia atrapante, que le da lugar a la reflexividad y al silencio y que combina el relato principal con un cuento que le empezó a contar su padre y que ella continúa de a poco. 

También es una historia de amistad entre dos amigas que imaginan juntas un futuro distinto.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Un dato que le da valor a la historia es que el personaje del libro fue creado en base a conversaciones que la autora tuvo con mujeres afganas que huyeron del régimen de los talibanes.

La animación es uno de los puntos más destacados, con retratos cuidados que se alejan del hiperrealismo y que combinan métodos distintos entre la historia de Parvana y su cuento. Las escenas, en su mayoría, parecen sacadas de un cuadro. La música, por otra parte, mete de lleno al espectador en la mística de la zona.

Más allá del contexto y de la temática específica, es una historia de los sueños de la libertad, representada en lo más simple, con metáforas vinculadas a la esperanza y a los miedos que bien pueden valer para la vida cotidiana. Es, además, una película sobre el inmenso poder de las historias.