"El último té de Yiya" y el regreso del grotesco al circuito teatral alternativo

A esta altura del siglo 21, Córdoba sigue empeñada en rescatar aspectos de la intensa vida cultural de los 70, una etapa muy controvertida  y rica de la historia de la ciudad en la que florecían peñas, cineclubes y algunas salas del under que ayudaron a forjar un circuito alternativo  capaz de rivalizar con el oficial.

Entre las propuestas de los grupos que se autogestionan para mantener vivo el teatro  alternativo se encuentra el elenco que integran Analía Requena y Aldana Lescano, bajo la dirección de Martín Wernick.

Ellos hacen " El ultimo te de Yiya" , una pieza de humor de 15 minutos. Se trata de un fragmento de un espectáculo llamado "Frutopía ", creado en el año 2016  por Wernick. 

La obra estrenó el pasado fin de semana en la sala del Multiteatro, ubicada en Luis de Tejeda 4565, y continuará todos los viernes y sábados de junio a las 21.10, 21.40 y 22.10

 Los tres  responsables de la obra trabajan juntos hace 7 años , siempre en proyectos del  circuito autogestivo cultural y como  parte de eventos multidisciplinarios y espacios artisticos.Y por supuesto, todos hacen de todo para poder difundir su propuesta, desde la dramaturgia hasta el corte de entradas.

La obra es una comedia grotesca basada en el caso real de Yiya Murano. Para las nuevas generaciones que probablemente no siguieron su historia, Yiya era el apodo de María de las Mercedes Bernardina Bolla Aponte, que se hizo famosa por dos cosas: pedir plata  grande para supuestamente duplicarla con inversiones financieras y poseriormente  envenenar a quienes le habían entregado el dinero, para no devolvérselos.

Carmen Zulema del Giorgio Venturini, la prima, y las amigas Nilda Gamba y Lelia Formisano de Ayala le habían dado en total unos 300.000 dólares. Yiya les había firmado pagarés y les había prometido pagarles en cuotas mensuales los intereses del negocio financiero que, según les había prometido, iba a ser millonario. No era más que un fraude; una típica estafa que, en este caso, terminaría de una manera diferente.

En la obra teatral que dura 15 minutos se maneja un código de sátira y el ritmo avanza rapidito, mientras se sostiene la tensión hasta el final donde  todo se resuelve con un final desopilante.