"Jaula", una manera inteligente de combinar terror y suspenso

Por María Rosa Beltramo

Entre lo más visto de Netflix la última semana figura “Jaula”, la película española que combina terror, suspenso e intriga gracias a un guión atractivo que escribió Isabel Peña y a la dirección de Ignacio Tatay.

Parte del atractivo reside en la manera avasallante con la que se inicia la historia. Un matrimonio regresa por la noche a su casa en los suburbios, en medio de una zona boscosa, cuando observan corriendo desesperada por la ruta a una niña pequeña.

La incursión infantil provoca el accidente de un motociclista que debe realizar una maniobra brusca para no atropellarla.

/Inicio Código Embebido//Fin Código Embebido/

Los integrantes de la pareja son Paula (Elena Anaya) y Simón (Pablo Molinero). Eva Tennear interpreta a la nena, que va a parar a un hospital donde pasan los días sin que nadie la reclame. Ella no habla y parece estar todo el tiempo aterrorizada.

Médicos y enfermeras lograrán descubrir que vive obsesionada con la fantasía de un monstruo que la castigará si sale de un cuadrado de tiza pintado en el suelo.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

En medio del desconcierto generalizado y ante la ausencia de datos sobre la niña, a la que empiezan a llamar Clara, Paula comienza a involucrarse cada vez más fuertemente con el presente de la criatura y convence a su marido de que se hagan cargo de ella, aunque más no sea temporalmente.

En el elenco están también Carlos Santos, Eva Llorach, Eloy Azorín y Esther Acebo. El relato conserva la intriga en estado puro y avanza cuando Clara empieza a vivir con Paula y Simón.

La nena continúa encerrada en un profundo mutismo, pero al menos Paula entiende enseguida que si pretende que camine por la casa y se desplace aunque sea dentro de su cuarto, tiene que tener a mano una tiza para aplicarle el rectángulo .

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

El suspenso domina la escena porque el espectador todavía no sabe si hay razones psicológicas que justifiquen el comportamiento de Clara o si está irremediablemente desquiciada.

Mientras la psicóloga que la ha visto cuando estuvo internada y Simón creen que ha llegado el momento de que alguna institución se haga cargo de la nena, Paula sigue convencida de que tiene que haber algo que explique el extraño comportamiento de la pequeña.

Y para complicar más el panorama, en un breve descuido de los adultos, esa niña incapaz de moverse un centímetro fuera del cuadrado que le dibujan, desaparece.

La mayoría baja los brazos y se da por vencido. Paula, en cambio, insiste y se esfuerza por seguir las pocas pistas que existen sobre la procedencia de Clara. El espectador teme a esa altura que el director elija alguna salida relacionada con lo paranormal.

En realidad , el cierre es más simple -gran mérito del guión- y devela poco antes de la palabra “fin” la intriga que ha rondado la narración.

Además de la calidad del guión, “Jaula” sumó méritos en el casting. Eva Tennear realiza un muy buen trabajo y Elena Anaya compone a Paula, un personaje que crece en contacto con la extraña criatura que ha decidido proteger.