"La casa de papel": dos miradas diferentes de la nueva parte

La nota no tiene spoilers de esta quinta temporada

Tras una larga espera, la quinta temporada de la exitosa serie española "La casa de papel" finalmente vio la luz en una primera parte en Netflix y dejó opiniones divididas sobre cómo sigue la historia de "El Profesor" y su banda de atracadores en el Banco de España. 

¿Por qué sí? (Geo Monteagudo)

El volumen 1 de la temporada 5 intensifica las escenas de acción y suspenso, con un alto voltaje de adrenalina, acompañado de todo tipo de municiones de las que uno tenga conocimiento. Es una guerra, sí. Y tienen armamento como para cuatro más.

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Aunque no nos dan tregua y pasan cosas todo el tiempo, hay momentos para relajarnos con buena música clásica. Los flashbacks funcionan como el ojo del huracán, como la calma que antecede la tempestad, lo cual le da un equilibrio a la historia, un balance adecuado con el dibujo de las olas del mar.

En ese mar turbulento y calmo a la vez, las actuaciones están correctas en un elenco coral parejo que ha sabido adaptarse a los distintos momentos que propone el guión. Si tenemos en cuenta que el marco de esta narración es un alto nivel de calidad de realización y técnica, estamos ante un producto interesante.

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¿Nos dejan con ganas de más? Pues sí, los ganchos al finalizar cada capítulo atrapan al espectador de tal forma que es casi imposible dejarla para continuarla en otro momento. Entonces, el volumen 1 resulta una maratón de 5 capítulos para ver uno detrás de otro sin pausa.

¿Consejo? Preparen los pochoclos, pónganse cómodos y no pretendan dormir apenas finalice el capítulo 5, ya que tendrán tanta adrenalina en el cuerpo que necesitarán varios minutos para retomar la calma.

El chicle del éxito (Francisco Vidal) 

"La casa de papel" sigue siendo algo que entretiene para ver, eso no se niega. Pero al menos los primeros episodios de esta quinta temporada dejan la sensación de que es más de lo mismo, de que apuestan otra vez a las fórmulas que funcionaron al inicio de la serie -ahora potenciadas-, ya como un chicle que se estira más y más.

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¿Hasta qué punto vamos a seguir con los recuerdos de Berlín (Pedro Alonso), un personaje con el que acabaron en la primera parte? Pareciera que sigue apareciendo por lo mucho que gustó. La inclusión de su hijo Rafael (Patrick Criado) seguramente tendrá importancia en el segundo volumen, pero las escenas que lo tuvieron en esta parte no sumaron demasiado a la historia -por no decir casi nada-, con flashbacks que dejan la sensación de no tener demasiada razón de ser.

Otro punto es la inclusión de Miguel Ángel Silvestre como René, el novio de Tokio (Úrsula Corberó) -también a modo de recuerdo-, un personaje que no transmite nada porque no tiene tiempo de hacerlo y que también parece sacado de la galera como para incluir una figura de peso en una sub-historia brevísima. 

Algo que también descoloca un poco es la capacidad de insertar diálogos reflexivos en situaciones cada vez más impensadas. Es cierto que es parte de la esencia de la serie que los personajes ahonden en aspectos de la vida en el medio del caos, pero ¿realmente vas a ponerte a conversar en profundidad cuando estás a punto de tirar una granada?

"La casa de papel" vuelve a una apuesta que ya les funcionó en otro atraco y que sigue divirtiendo para un buen maratón, con un despliegue técnico impresionante. Sólo queda esperar si se jugarán con un final memorable en el volumen final.