"Mejores que nosotros", una gran serie para el debut de Rusia en Netflix

Por María Rosa Beltramo

Las producciones que nutren las plataformas de streaming nos están permitiendo conocer ficciones de todo el mundo. Netflix nos debía algo de Rusia y lo que incorporó vale la pena y nos deja con ganas de disfrutar de nuevas series y películas.

“Mejores que nosotros” es una serie de ciencia ficción que transcurre en un futuro muy cercano. Es 2029 y todo sucede más o menos como en la actualidad, excepto por la presencia de robots en casas y oficinas donde realizan tareas más o menos simples.

El drama, creado por Andrey Junkovsky para la cadena estatal rusa C1R, se estrenó en Moscú el 23 de noviembre de 2018 y debido al éxito alcanzado, Netflix decidió comprar los derechos de distribución internacional, convirtiéndola así en su primera serie original rusa.

La plataforma agrupó los episodios de la primera y segunda entrega y los presentó como una sola temporada de 16 capítulos. Salvo algún espectador que tenga conexiones particulares con Rusia y acceso a la televisión de ese país, nadie conoce a los integrantes del elenco.

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En los roles principales figuran Paulina Anreeva, Kirill Kyaro, Aleksandr Ustyugov, Olga Lomonosova, Eldar Kalimulin, Vita Kornienko, Aleksandr Kuznetsov, Vera Panfilova y Kirill Polukhin.

Los nombres son lo de menos, pero se trata de gente con oficio y lo importante en esta historia es la calidad del libro y las cuestiones éticas que termina planteando.

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El relato gira en torno de un matrimonio en proceso de divorcio con una hijita encantadora y un hijo en plena adolescencia, listo para múltiples metidas de pata.

Contemporáneamente el socio gerente de una empresa especializada en la fabricación de robots recibe, por debajo de la mesa y a espaldas de todas las disposiciones legales, el envío de un robot de apariencia femenina, fabricado por un especialista chino.

No hay que quitarle los ojos de encima a Arisa -así se llama ella-porque tiene capacidades excepcionales que la distinguen del resto de los androides. El relato nunca deja de todo el claro si esas condiciones son un defecto del software o si fueron incluidas ex profeso en el programa que le dio origen.

La serie se transforma en atrapante cuando Arisa se escapa de la sede de Andros y se cruza en el camino de la hija del protagonista de la historia. Desarrollará en cuestión de días empatía y se incorporará a la familia como una persona más, incluso con intenciones de ocupar el lugar de la esposa del dueño de casa.

“Mejores que nosotros” avanza en múltiples direcciones, también en política porque en la cima del poder aparece un funcionario que planifica un retiro anticipado de los trabajadores entre los 40 y los 50 años y su reemplazo por un ejército eficaz y barato de androides.

El principal mérito de la serie reside en mostrar los distintos ámbitos de actuación de los robots en los que siempre flota una pregunta que no se llega a formular con todas las letras pero se impone: ¿Cuánto falta para que nos reemplacen como hijos, padres, amantes, trabajadores?

Alguna de esas cuestiones están planteadas con dureza. En la narración , el CEO que recibe a Arisa y que fabrica androides tiene un socio que , a su pedido, ha desarrollado una réplica exacta de su hijo-muerto a los 7 años en la sala de operaciones-que interactúa con su esposa y que parece haber logrado que la mujer recupere algo de la cordura que perdió cuando le comunicaron el fallecimiento del pequeño .

“Mejores que nosotros” está plagada de ese tipo de planteos que aparecen en distintas oportunidades sin que el espectador los advierta con claridad porque casi siempre lo que prima es la acción que no da respiro. Recién al final se permiten el respiro de sugerir que todo es sólo ficción.

Aviso para quienes decidan verla. No se levanten inmediatamente ni apaguen la pantalla cuando llegue la palabra Fin porque después llegan dos minutos deliciosos de bloopers y baile de todo el elenco, incluidos los robots.