Para los enamorados del cine de acción, llegó una película que no da respiro

Por María Rosa Beltramo

Allison Janney y Jurnee Smollet son las actrices protagonistas de "Lou", el segundo largometraje de  Anna Foerster, escrito por Maggie Cohn y Jack Stanley.

Lou vive una vida solitaria en las márgenes de un bosque al  noroeste del Pacífico. Muy pronto se advierte que tiene una capacidad singular para la caza y que también ignora las restricciones impuestas por las autoridades locales. 

A pocos minutos de su casa y en otra propiedad que es de Loy y que ella ha alquilado vive Hannah (Jurnee Smollett) con su hija Vee (Ridley Ashlee Bateman). 

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Al menos en apariencias la relación entre la propietaria y su inquilina no puede ser peor. Hannah atraviesa por alguna dificultad y Lou la intima a pagar inmediatamente como si no pudiera otorgarle el menor plazo.

Mientras tanto en las dos casas se preparan para una de esas tormentas que no dejan nada en pie . Y rápidamente lo que parecía el relato de un conflicto entre vecinas, se transforma en otra cosa porque a la zona llegan no sólo el vendaval y las lluvias que anunciaban los meteorólogos sino también un desconocido que a los dos minutos perpetra su primer crimen y además  acecha a Hannah y Vee, circunstancia que  provoca un cambio radical en Lou.

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En el elenco están también Logan Marshall-Green, Matt Craven, Greyston Holt y Toby Levins y lo mejor del film aparece cuando  empiezan a develarse los vínculos entre los distintos personajes que  al principio parecían absolutos desconocidos .

Allyson Janney tiene un Oscar como mejor actriz de reparto por "I, Tonya" y en esta película pone toda su capacidad para convencer primero al espectador de que es una  mujer malhumorada  a la que nada ni nadie le importa y que está cerca de acabar por sus días por aburrimiento más que por desesperación.

Y al momento siguiente la trama empieza a desenrollarse  y empiezan a surgir sus aristas más sensibles, junto con impensadas habilidades para el ataque y la defensa.

Lo que la crítica especializada le ha objetado es la excesiva frialdad del personaje. Se la ha comparado con justicieros masculinos al estilo Liam Neeson o Bruce Willis  pero a diferencia de  esos actores a quienes el guión termina reservándoles una demostración de pura humanidad, Lou actúa todo el tiempo como un témpano.